Propuesta con sentido humano

En el libro La Crisis, S. de R. L., del autor, hay un párrafo interesante que señala: "Las crisis son, por igual, el crisol donde se forja la grandeza o la cripta en donde se arrochelan los sueños".

Efectivamente, es en los momentos de dura prueba cuando emergen las grandes virtudes que caracterizan a los sabios, a los santos o a los creadores; de la misma manera que los vicios que conducen a la ignominia y a la perversión. Se vio antes con actos de heroísmo y de villanía; se ve ahora con la ferocidad de los egoístas.

Los estertores del neoliberalismo agravados por la pandemia, son aprovechados por quienes se hicieron de mulas a la mala bajo el amparo de regímenes oprobiosos al servicio del gran capital, del que recibían migajas, para intentar desestabilizar a un gobierno democrático que busca restablecer el imperio de la ley y rescatar la justicia como la piedra angular del acontecer social, político y económico. Todos los días salen más mentiras, más críticas infundadas, más supuestas quejas cuyo fin es crear confusión y encono.

Por fortuna, el despertar de conciencias del pueblo mexicano ha sido tal que los embates no han tenido éxito ni lo tendrán. Dicen que el hambre es canija, pero más el que la aguanta. En ese sentido, el peón ya sabe de dónde viene el hambre suya de cada día; quién escamotea al pan que debía llevar a la mesa familiar para alimentar a la prole; quién se codea con la realeza europea con los recursos que niega a sus trabajadores como justo pago de su esfuerzo, habilidad y talento para generar valor agregado.

Dejando esas disquicisiones de lado, desde este espacio se lanza una propuesta que puede ser el punto toral para llegar a un justo medio que permita superar los estragos que dejarán en la economía del país el fin del neoliberalismo y el Covid-19. Como en toda negociación, las partes involucradas deben ceder para, con buena voluntad y ánimo sereno, llegar a la solución más equitativa posible. El sector empresarial no quiere pagar impuestos causados y el gobierno dice que no rescatará empresas con fondos públicos.

Bueno, pues, como ha acontecido en ocasiones previas en que se llegó a un gran acuerdo nacional para bien de todos (razón por la cual don Adolfo Ruiz Cortines dejó la presidencia al Lic. Adolfo López Mateos, su secretario del Trabajo), sería ideal que el gobierno pagara los salarios de los trabajadores de las empresas que han debido cerrar sus puertas por la contingencia. Para que ello llegue a ser posible se requiere de dos acciones previas que la posibiliten en términos reales y congruentes: que el empleado reduzca sus ingresos en un cincuenta por ciento, exceptuando a aquellos que ganan uno o dos salarios mínimos, y que todo el empresariado pague en tiempo y forma sus impuestos con cargos y accesorios.

El gasto del gobierno se elevaría; pero, no tanto que no pueda cubrirlo si se cumplen las condiciones previas. El trabajador no gastaría en pasajes, alimentación y gastos concurrentes a su asistencia al lugar de empleo; una empresa parada tampoco tendría que desembolsar los fondos para cubrir los costos de operación y solamente tendría que responder por sus compromisos fiscales. Habría que hacer grandes sacrificios, indudablemente; pero. precisamente, los retos son para alentar la creatividad y la inventiva.

Una utilidad substancial derivada de esta propuestas sería que, ahora sí, podría conocerse con exactitud quién es quien, cuantas unidades productivas existen en todo el país, de qué tipo y dónde; así como el número de asalariados y sus ingresos reales. Habrá quien diga que esos es sumamente complicado y lo es, en efecto; pero, nada que no puedan resolver los sistemas cibernéticos que en pocos segundos hacen difusión universal del perfil de cada navegante del ciberespacio para venderlo al comercio, la banca, la industria, los partidos políticos, los gobiernos y todos los que estén interesados en conocer tendencias.

Se conecta una computadora, de las que sean, a la red y, de inmediato, se da aviso a los operadores e intermediarios para alertar sobre todo el potencial aprovechable del navegante, de tal suerte que pueda llegarle propaganda abierta o encubierta, o que su perfil personal sea conocido con diversos propósitos. Esta capacidad de procesamiento de datos puede ser utilizada para llevar adelante el acuerdo propuesto.

Habrá quienes obtengan mayores beneficios de éste; pero, ante las complicaciones que ya se están presentando (los fondos de retiro de los trabajadores colocados en el sistema financiero ya perdieron más de 120 mil millones de pesos, sólo en el mes de marzo), viene a resultar un mal menor. Porque la resistencia del sector empresarial a pagar impuestos, no tiene posibilidad alguna de llegar a buen fin.