No es Ucrania
La posibilidad de que hoy se apruebe iniciar un juicio político al presidente de los Estados Unidos Donald Trump, luego de que la líder de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, hiciera el anuncio de una manera llana y directa, es muy alta. Afirmó la Sra. Pelosi que: "Puedo decir con autoridad que las acciones de la administración Trump socavan nuestra seguridad nacional e inteligencia. El presidente debe rendir cuentas de sus actos. Nadie está por encima de la ley".
La trama se fundamenta en las versiones de que el presidente Trump presionó al mandatario de Ucrania (estratégica moneda de cambio para los intereses petroleros de EU), para que investigara al hijo del exvicepresidente Joe Biden a fin de encontrar algún motivo para sacarlo de la carrera presidencial el año próximo. Trump dijo que no; pero, investigaciones periodísticas han revelado que días antes de comunicarse con el ucraniano había detenido una partida de ayuda militar.
Dado el carácter y la sabiduría de la señora Pelosi, y sus expresiones, esa razón se antoja de muy escaso peso para iniciar un juicio político que traerá una serie de dificultades para poder avanzar. Por ello, hay que entender que existe un mar de fondo que no aparece a la luz de los reflectores públicos, que tiene que ver con su conducta errática y sus contantes amenazas a amigos y detractores. Son varias las ocasiones en que ha estado a punto de iniciarse la tercera guerra mundial, que será nuclear y sin ganadores, y los estragos de su guerra comercial son muchos.
Los exabruptos del presidente contrastan con los esfuerzos, serios y efectivos, que realizan los líderes mundiales conscientes y racionales en favor de la paz y de la conservación del planeta, dos posturas diametralmente opuestas a su ideología y estrategia política. Su presencia en la sede de la Organización de las Naciones Unidas, en Nueva York, fue criticada por quienes están convencidos de la cooperación internacional para enfrentar los graves problemas globales.
En su discurso ante la ONU dijo que: "Tengo el inmenso privilegio de dirigirme a ustedes hoy como el líder electo de una nación que valora la libertad, la independencia y el autogobierno por encima de todo. Si quieren libertad, sientan orgullo de su país. Si quieren democracia, agárrense a su soberanía. Si quieren paz, amen su nación. El mundo libre debe abrazar sus cimientos nacionales". Luego hizo el recuento de los enemigos de su país y llamó, en contradicción, a hacer frente común.
Existen muchas posibilidades de que la presidente de la Cámara de Representes, que se había mostrado reacia a iniciar un juicio de procedencia, inclusive a pesar de las presiones de sus correligionarios, haya entendido que llegó el momento preciso y que, aún cuando el Senado, como es de esperarse, se oponga, el mandatario tiene cada vez menos simpatizantes dentro de su propio partido. Si lograra salir avante, el costo para los republicanos será tan alto que habrá de suceder una circunstancia similar a las elecciones del año pasado cuando avanzaron los demócratas.
En el 2018, varios demócratas, incluyendo algunos legisladores de primer año, como las jóvenes rebeldes conocidas como el Escuadrón de la Cámara baja: Alexandria Ocasio Cortez, Rashida Tlaibque, Ilhan Omar y Ayanna Pressley, voltearon los distritos controlados por los republicanos en las elecciones de mitad de período y se han unido al creciente apoyo para lograr el impeachment. Otros republicanos, sobre todo pequeños empresarios afectados, están por defeccionar.
En los Estados Unidos, solamente se han presentado dos casos de juicio de procedencia en contra de un presidente y en ambos casos el Senado logró que no ocurriera la defenestración. Un tercer caso, que no llegó a impeachment, sí terminó con la renuncia del presidente Ruchad Nixon por los escándalos de espionaje del Partido Demócrata, conocido como el caso Watergate. Fuera de los Estados Unidos, solamente fue echado de la Presidencia el desquiciado Bucharan, porque ni Fox.
Una salida que puede dejar satisfechos a tirios y troyanos es que los demócratas pongan en el tapete, hoy mismo, la posibilidad de una resolución no vinculante que exprese su desaprobación por el bloqueo por parte de la administración de las denuncias presentadas, y con ello se evite la salida; pero, no el descrédito del presidente al que se acusa de violar la ley ni la baja de su popularidad.
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