Editoriales

Mayor protagonismo social

  • Por: FORTINO CISNEROS CALZADA
  • 22 OCTUBRE 2017
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Mayor protagonismo social

Con la sencillez que lo caracteriza, el Papa Francisco hizo un llamado a la sociedad civil para hacerse más presente en las decisiones de carácter político, económico y social. Se necesita una participación más activa de las personas en lo individual y en lo colectivo para que la economía se reencauce hacía el bien común y se superen los tan graves conflictos que se generan cuando uno quiere tener todo y otro es despojado.

En la Sala Clementina del Palacio Apostólico dijo a los participantes en el Encuentro de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales que busca elaborar nuevos modelos de cooperación entre el mercado, el Estado y la sociedad civil en relación a los desafíos de nuestro tiempo. Afirmó que: "El aumento endémico y sistemático de las desigualdades y de la explotación del planeta, es mayor que el aumento de los ingresos y la riqueza".

Luego hizo un repaso del papel histórico de las sociedades y cómo se ha venido dando pasos para tener cada vez mejores leyes e instituciones más sólidas que apunten al mayor beneficio para la gente. Por ello, explicó: "la desigualdad y la explotación no son inevitables, ni tampoco han sido una constante histórica. No son inevitables porque dependen tanto de diversos comportamientos individuales como de las reglas económicas que una sociedad decide darse", buscando siempre la mejor opción.

Fue tajante al asegurar que cuando sólo se busca el beneficio económico de una élite, se corre el riesgo de caer en la plutocracia, esto es, el gobierno de una camarilla cerrada que se protege a sí misma con leyes, instituciones y medidas de poder, de tal manera que evita cualquier cambio que pueda resultar en una afectación de su interés.

Hizo notar que, según cómo se gestionen los diferentes sectores estratégicos, como la producción de energía, el mercado de trabajo, el sistema bancario, el estado de bienestar, el sistema fiscal o el sistema educativo, se tendrán diferentes consecuencias sobre el modo en que los ingresos y la riqueza se repartan entre aquellos que han colaborado en su producción. No habló directamente de justicia social, pero la insinuó.

Otra causa de exclusión a la que se refirió el Papa Francisco es el trabajo indigno de la persona humana. El Papa se remontó a la época de la Encíclica Rerum novarum de León XIII, proclamada en 1891 para recordar que si ayer se reclamaba una recompensa justa para el trabajador, hoy, "además de esta sacrosanta exigencia, también nos preguntamos por qué todavía no se ha conseguido traducir en la práctica todo lo que figura en la Constitución Apostólica Gaudium et spes: ´Todos los procesos de producción deben adaptarse a las necesidades de la persona y a sus formas de vida´. Y la Encíclica Laudato si´: "y adaptarse también al respeto de la creación, nuestra casa común". Yendo más a fondo en el tema.

Las palabras del Papa adquirieron una mayor dimensión cuando manifestó, con todas sus letras que: "La creación de nuevos trabajos necesita, sobre todo en este tiempo, de personas abiertas y emprendedoras, de relaciones fraternas, de investigación e inversión en el desarrollo de energías limpias para responder al desafío del cambio climático. Lograr eso hoy es posible de forma concreta. Pero, para ello, se necesita desvincularse de las presiones de los lobbies públicos y privados que defienden intereses sectoriales, y se necesita también superar las formas de pereza espiritual. Se necesita que la acción política se coloque realmente al servicio de la persona humana, del bien común y del respeto de la naturaleza". Que la sociedad se levante y se active.

Cabe señalar que en el mundo entero se han dado movimientos sociales importantes que han presionado a los gobiernos para cambiar sus políticas tendientes a favorecer al gran capital. En México, las políticas sociales de los gobiernos emanados de la Revolución Mexicana fueron un mecanismo fundamental para conservar una relativa paz social, con estabilidad y crecimiento, durante más de medio siglo, hasta la llegada de las hordas neoliberales que han creado una brecha entre los muy ricos y los que no tienen ni para comer.

Sin embargo, en la actualidad no se ven en el país esos impulsos sociales, al margen de los partidos políticos, tan desacreditados, que puedan influir en las decisiones del poder público para hacerlo rectificar en su propósito de recargar la competitividad del país en la miseria de sus trabajadores.

Terminó diciendo el Papa que: "El papel de la sociedad civil en este nuevo contexto es empujar adelante al Estado y al mercado con el objetivo de que se replanteen su razón de ser y su modo de obrar". 



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