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Los ricos también
Los estragos que ha provocado el neoliberalismo, esto es, el capitalismo salvaje montado en el brioso corcel de la globalización, han llegado a tal grado que varios grupos de los ricos y los súper ricos se han manifestado por una mayor contribución de este sector privilegiado a la hacienda pública para que los gobiernos puedan llevar a cabo su tarea distributiva, tanto en los servicios públicos que a todos van a beneficiar, como en obras de infraestructura para el desarrollo y, desde luego, la tarea gubernamental.
El lunes pasado, la organización estadounidense Patriotic Millionaires realizó una serie de protestas, exigiendo la aplicación en EU del impuesto progresivo. Las acciones del grupo, cuyos miembros deben tener ganancias anuales mayores a un millón o activos totales mayores de cinco millones de dólares, tuvieron lugar simultáneamente en Washington y Nueva York. Tres carteleras móviles pasaron por rutas planeadas, estacionándose en puntos previstos. Entre los lugares simbólicos está la famosa estatua del toro en Wall Street, el edificio de la Reserva Federal, el conjunto de rascacielos de lujo Billionaires Row y el Trump International Hotel en Washington, propiedad del exmandatario que redujo impuestos.
El argumento que han manejado desde su fundación, es que buscan concientizar a sus pares que todavía no se han sumado. Dicen: "Los instamos a dar un paso al frente, antes de que sea muy tarde, para exigir impuestos más altos y más justos a los millonarios y billonarios en sus propios países, y para ayudar a prevenir la elusión y evasión de impuestos individual y corporativa por medio de una reforma a nivel internacional". Una pregunta que emerge de inmediato es ¿a qué se refieren cuando dicen que sea demasiado tarde?
¿Tarde para qué, qué temen? Quizá se refieren a la dramática desigualdad que está generando una gran desestabilización en las democracias, que se agudizará con el inexorable avance de la crisis climática. Las protestas que se observan por doquier, son evidencia de que la lucha de clases ha comenzado a verse en distintas partes del mundo, poniendo contra las cuerdas a gobiernos ultra neoliberales como el de Piñera en Chile. O retomando las acciones combativas de la clase obrera y sus métodos, como en Francia, donde las huelgas y las movilizaciones impiden a Macron avanzar con su paquete de reformas.
Muy ilustrativo es el hecho de que los millonarios patrióticos y sus seguidores se hayan manifestado, una vez más, frente a la residencia de Jeff Bezos, el magnate de Amazon que ha duplicado su fortuna durante la pandemia y se convirtió, con mucho, en el hombre más rico del mundo, mientras que sus empleados ganan salarios miserables a cambio de jornadas extenuantes en las que tienen tiempos muy cortos para alimentarse y acudir al baño. El último capricho del magnate, que no halla qué hacer con tanto dinero, fue construirse un superyate de 127 metros de eslora, con costo de 500 millones de dólares.
La excusa de los ricos para no pagar salarios justos es igual a la de robar al prójimo: si la ley no lo prohíbe, no hay delito. Por ejemplo, Scott Nash, fundador del supermercado orgánico MOM´s Organic Market, reconoció que: "El salario mínimo es tan bajo que la gente que trabaja a tiempo completo y tiene dos niños, vive en la pobreza. Hacen un gran esfuerzo y no merecen eso". Pero J. Schoenberg: "Estaría feliz de poder pagarles 15 dólares por hora cuando haya una ley para ello. Porque entonces habría un gran cambio en este país, se potenciaría el consumo y eso ayudaría a nuestra economía".
Habría que decir que, aún cuando reconocen los riesgos de llevar la desigualdad económica a extremos que hagan peligrar lo que llaman sistema democrático, hay en su iniciativa cierto sentimiento que tiene que ver con el patriotismo, es, el pensamiento que vincula a un individuo con su Patria. "Es el sentimiento que tiene un ser humano por la tierra natal o adoptiva a la que se siente ligado por unos determinados valores, afectos, cultura e historia; es el equivalente colectivo al orgullo que siente una persona por pertenecer a una familia o también a una Nación". La patria está primero que el dinero.
Este grupo se viene a sumar a otros muchos que buscan que los gobiernos cobren impuestos a las grandes fortunas y a las grandes empresas, para llevar auxilio a las clases empobrecidas por la explotación laboral y las ganancias superlativas, como Millonarios por la Humanidad, que el año pasado publicó una carta en los principales diarios del mundo para exigir más impuestos a la riqueza.
Es el momento en que los gobiernos deben implementar un plan global de impuestos progresivos; si no, ¿para qué están?