Editoriales

Frente al arcano

  • Por: FORTINO CISNEROS CALZADA
  • 11 JULIO 2020
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Frente al arcano

Muy pocas de las predicciones que se han hecho en torno a la pandemia del Covid-19 han resultado ciertas. Todos los afanes del hombre que llegó a la luna y está escudriñando los misterios de la superficie solar; que está explorando la fusión nuclear y ha entendido el comportamiento celular a partir de su ubicación; por conocer y controlar un virus que afecta el sistema respiratorio, han resultado infructuosos. Cuando se canta victoria y se estima que lo peor ya pasó, emergen nuevos contagios.

Nuevos contagios por el virus y más contagios de la otra pandemia que aquí se anunció con mucha antelación, la de las mentiras y las verdades a medias difundidas con propósito de desinformación para crear un caos que beneficie a quienes las difunden, sean políticos o empresarios que han sido destetados de la ubre presupuestal y no pueden sobrevivir en un mundo de alta competitividad. Embustes que, además, descalifican la información oficial transmitida a través de los canales comprometidos con la verdad.

No ha mucho que el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom, manifestó que el coronavirus no está bajo control y la pandemia continúa acelerándose y empeorando hasta el punto de que en las últimas seis semanas se ha duplicado el número total de casos, alcanzando un total de 11,8 millones de contagiados en todo el mundo y más de 544.000 fallecidos. Precisiones que contrastan con la irresponsable actitud de gobernantes como Bolsonaro, quienes dicen lo contrario.

Cuando el director de la OMS precisa que la pandemia no ha dejado a ningún país intacto y ha humillado al mundo, y ha insistido en que el virus no conoce fronteras ni diferencias raciales o sociales; muy al contrario, ha explotado las desigualdades en el seno de los sistemas de salud y las divisiones presentes en todas las sociedades, ampliando y profundizando las grietas que ya existían,no borda en el aire, se refiere a esos gobernantes que han retrasado los programas de atención "por desacuerdo", provocando que la pandemia avance incontrolable, provocando un elevado número de casos y de muertos.

Reconoce que: "No hay respuestas fáciles; pero algunas naciones han puesto el virus bajo control y debemos aprender de su experiencia y seguir su ejemplo. Como comunidad global, debemos aprender tanto de los esfuerzos positivos realizados para suprimir el virus como de los desafíos que han surgido de esta dificultad global. La mejor defensa ante una emergencia de este tipo es contar con un sistema sanitario sólido y resistente y de que la cobertura sanitaria universal coordinada muy resulta esencial".

Nada menos ayer, las autoridades de Hong Kong anunciaron que planean el cierre inmediato de todos los centros de enseñanza de la región debido al último rebrote de 42 casos de COVID-19 registrados el viernes, que se suman a la media de 20 casos diarios que se han estado confirmando, después de que hace un par de semanas llegaran desde Pakistán 29 personas que habían contraído la enfermedad. Este nuevo repunte de 42 casos sitúa la cifra de casos acumulados en 1.365, lo que significa un aumento de 204 positivos en las últimas dos semanas, coincidiendo con la llegada de aviones procedentes de Filipinas y Pakistán.

Al mismo tiempo, Estados Unidos alcanzó el pasado jueves la cifra de 3.108.141 casos confirmados de COVID-19 y de 133.106 fallecidos, de acuerdo con el recuento de la Universidad Johns Hopkins. El balance a las 00.00 GMT del viernes era de 61.790 contagios más que el miércoles y de 1.011 nuevas muertes. La cifra de nuevos contagios marcó un nuevo récord al superar por tercera vez en pocos días los 60.000 arrastrada por los brotes en estados del sur y del oeste como Florida, Texas, California, Arizona y Georgia. El país más poderoso del planeta no puede con un virus microscópico, y no puede porque es un país dividido y polarizado, que se ha enfrascado en una dura lucha de poder al interior.

En Brasil, el segundo país más afectado del mundo por la pandemia del nuevo coronavirus después de Estados Unidos, sumó 1.220 muertos por COVID-19 en las últimas 24 horas, con lo que el balance total de fallecidos ascendió hasta los 69.184, según informó este lunes el Gobierno. El número de contagios es de 1.755.779, tras registrar 42.619 nuevos casos confirmados, informa el boletín diario divulgado por el Ministerio de Salud. La tasa de mortalidad en el país es de 32,9 decesos por cada 100.000 habitantes. Además, las autoridades sanitarias brasileñas investigan otras 4.077 muertes que podrían haber sido causadas por el patógeno. Hasta el presidente está contagiado, como castigo divino.

Otro país que está llegando a nuevas cifras récord es Colombia, que el jueves tuvo su peor día desde que se detectó el primer caso en el país, hace cuatro meses, al registrar 5.335 nuevos contagiados y 187 muertos, informó el Ministerio de Salud. El doble récord diario elevó a 133.973 el total de infectados, mientras que los fallecidos suman ya 4.714, con especial agravamiento de la situación en Bogotá y los departamentos caribeños de Córdoba y Sucre. Del total de contagiados, 56.272 personas (42%) se han recuperado y 72.716 casos permanecen activos, lo que equivale al 54,2% y sitúan a Colombia entre los primeros diez países a nivel mundial en este indicador. En cuanto a los nuevos infectados, las cifras siguen creciendo en Bogotá y en el departamento del Atlántico, superaron el jueves el millar de casos.

Por último, Argentina registró este jueves un nuevo récord diario de positivos de coronavirus, 3.663, que llevaron a 90.693 el total de contagios desde la irrupción de la pandemia en el país austral. El Ministerio de Salud informó además de que se produjeron 26 nuevos fallecimientos en las últimas 24 horas, que elevaron el número de decesos a 1.720.Los decesos reportados corresponden a 16 varones, nueve mujeres y una persona cuyo sexo no fue definido de entre 58 y 88 años producidos en la ciudad de Buenos Aires y las provincias de Buenos Aires, Chaco y Salta.

Mientras no haya voluntad política y coordinación entre todos los órdenes de gobierno, la pandemia seguirá avanzando y dejará de ser un problema de salud para convertirse en un ariete político con fines partidistas y de camarilla, del que esperan sacar raja gobernantes irresponsables y mercaderes desalmados que esperan hacer su agosto, no para aliviar los padecimientos y mitigar el dolor, sino para seguir sumando ceros a que chequeras.

Frente al arcano ominoso, los mismos de siempre están actuando con la misma mezquindad.

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