Editoriales

El poder de la información

  • Por: FORTINO CISNEROS CALZADA
  • 20 SEPTIEMBRE 2020
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El poder de la información

Quizá, en estos tiempos, más que nunca antes en la historia de la humanidad, se ha tornado imperativo el manejo escrupuloso de la información para ayudar a la población a entender los fenómenos que se han venido dando a partir de los nuevos poderes hegemónicos que controlan la vida del ser humano y lo han convertido en uno más de los 'commodities' que ocupan a los mercados bursátiles y de futuros.

Cualquier acción que realice una persona, en cualquier lugar del planeta, a través de la Internet y sus operadores y proveedores, se convierte en un valor económico por la transferencia de datos a terceros.

Si se pagara un centavo (de peso o de dólar, para el caso es lo mismo) por la información que se genera automáticamente y se hace llegar casi en tiempo real a las empresas interesadas, cada hora sería miles de millones de dólares que se irían acumulando, sin necesidad de registrarlos o contarlos, a las cuentas de los consorcios que desarrollan y operan las herramientas de captación y transferencia de datos que cada usuario aporta al encender sus equipo, abrir un portal, acceder a sus cuentas o buscar algo en la red.

Hablando de futuros, esto es la garantía de la obtención de datos en un momento determinado con los precios y las condiciones actuales, toda la información captada por los operadores de las redes, habrá de servir para asuntos comerciales; por ejemplo, dónde lanzar una nueva línea de autos, de qué color y bajo cuáles condiciones; o para menesteres políticos, como saber las tendencias electorales de ciertos distritos en estados o ciudades claves; qué técnicas de manipulación masiva puede resultar eficaces.

Ese mercado de la información que no cuesta porque se toma inadvertidamente de los servicios que se prestan, algunos con costo para el usuario y otros aparentemente gratuitos, es lo que ha permitido que en plena crisis sanitaria y económica por la pandemia, los dueños de las empresas que operan las plataformas y las aplicaciones hayan visto elevarse sus ganancias casi al doble, sin que hayan hecho más que las acciones ordinarias de cada cambio de año. Son mucho muy ricos; pero, además, poderosos.

Los intentos que han hecho los gobiernos para evitar o cuando menos limitar el tráfico de información, han resultado infructuosos hasta el momento. En algunos lugares con la capacidad suficiente, se les han impuesto multas, mismas que pagan sin problema, pues no les significa pérdida alguna ante la magnitud de sus ganancias. Cuando el filósofo Francis Bacon dijo que: "Información es poder", no tenía ni la menor idea de lo que han venido a resultar las empresas que utilizan la red cibernética para escudriñar.

Uno solo de los buscadores más utilizados en el mundo, Google, ha multiplicado sus operaciones y ha dominado la red a través de Gmail, YouTube, Google Maps, Google Earth, Google Chrome, Google Noticias, Google+, Google Translator, Google Drive, Google Fotos, etc. A esto se le suma la creación del sistema operativo para celulares con más usuarios en el mundo: Android, con el 81,7 por ciento del mercado móvil. De esta manera, todo lo que haga una persona es registrado y operado por el sistema.

Si quisieran, una señora que perdió su monedero en la tienda de la esquina, podría preguntar por la red y las aplicaciones estarían en posibilidad de decirle en qué lugar preciso y a qué hora. De hecho, ya los teléfonos celulares cuentan los pasos que dio un marchante, cuántas calorías quemó, en dónde estuvo y los compradores de información, para asegurarse de la efectividad del servicio, le envían una encuesta para que diga cómo le fue en su salida de casa, cómo resultó su experiencia en tal o cual tienda, etc.

Con todas esas maravillas, las redes sociales son la mayor fuente de fake news y mensajes de odio que vienen a percudir el magín de las personas que piensan con la televisión y duermen con el celular. En los medios de comunicación tradicionales también pululan las mentiras, las informaciones falsas, las noticias sesgadas y editorializadas; pero, aún no se llega al extremo de la agresión con saña tan atroz que daña más a quien la profiere que a quien la recibe. El uso extremo del anonimato anima al cobarde.

Tan terrible ha venido a resultar la propagación de noticias falsas, tendenciosas o facciosas por la red, que Facebook implementó un programa denominado Facebook Journalism Proyect, por medio del cual asegura: "Nuestro programa de verificación de datos internacional es una pieza clave de la estrategia para disminuir la difusión de información errónea en Facebook. Actualmente, contamos con más de 50 socios que verifican datos en más de 40 idiomas en todo el mundo. Recientemente, expandimos el programa a Instagram y organizamos la primera cumbre para todos nuestros socios". Apenas empieza.

Más adelante explica que: "En 2020, trabajaremos en la expansión del programa y en el incremento de nuestra ayuda al ecosistema de verificación de datos. Hoy queremos compartir algunas novedades acerca de nuestro programa en los EE. UU., nuestra iniciativa mundial para promover proyectos innovadores relacionados con la verificación de datos y nuestro apoyo continuo a la Fact-Checkers Legal Support Initiative". Cada vez son más las agencias noticiosas que se suman a esta iniciativa.

Por ejemplo, Jess April, directora de asociaciones internacionales en Reuters, aseguró que: "Reconocemos categóricamente la magnitud de la información errónea que circula en todo el mundo. Es un problema que crece y afecta a la sociedad a diario y detener la difusión de las noticias falsas es responsabilidad de las organizaciones y plataformas de noticias. Reuters cuenta con una trayectoria inigualable en lo que respecta a la búsqueda, verificación y eliminación de contenido generado por usuarios que se distribuye entre miles de clientes de todo el mundo. Además, nuestra experiencia interna para verificar datos de contenido de medios sociales nos coloca en una posición líder".

Cuando menos, en ese sentido ya se está trabajando; falta ir más allá para cubrir los demás aspectos que están relacionados con el acopio, manejo y disposición de la información personal de los usuarios de la Internet, ese gran avance tecnológico que se ideó libre de compromisos políticos, sociales o económicos. 

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