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¿Cómo gobernar un Estado en problemas?
A finales del 2015, en la víspera de que el PAN y el PRI definieran sus candidatos a la gubernatura de Tamaulipas, en la secretaría de Gobernación hubo un mini debate entre funcionarios de la dependencia en donde participaba el entonces titular, Miguel Ángel Osorio Chong.
"Para que tanto interés por un Estado con tantos problemas y donde lo que menos importa es el gobierno?", dijo uno de los funcionarios.
Osorio Chong, quien había estado cabildeando con diferentes actores priistas y panistas, lo resumió en una expresión:
"Al Presidente (Peña Nieto) el Estado que menos le importa, es Tamaulipas, por problemático en seguridad; le da igual que quede en manos del PRI o el PAN, cualquier otro partido".
Ya entonces estaba decidido que el próximo gobierno en Tamaulipas, se fuera a manos del PAN.
Y efectivamente, desde los tiempos de Vicente Fox y luego con Felipe Calderón, a Tamaulipas ni lo volteaban a ver. Dejaron que los gobernadores Tomás Yarrington y Eugenio Hernandez fueran rehenes de los grupos delincuenciales. Enrique Peña canceló muchas giras al Estado porque además no tragaba Egidio Torre.
Tres gobiernos, todos priistas donde la ley era lo que menos se respetaba, por eso cuando llega el momento del relevo del poder, Peña Nieto ni importancia le dio y dejó que Osorio Chong entregara el Estado al PAN.
Hoy, Tamaulipas no solo está peor en materia de gobernabilidad, sino que es un galimatías: no hay por donde meterle mano para rescatarlo de la violencia, del atraso y del desánimo social.
Aún así, sobran valientes que han levantado la mano para gobernarlo. La pregunta es: Quién tiene la fórmula para hacer de Tamaulipas, una región habitable, donde vuelvan las inversiones y el gobierno federal le inyecte recursos y voluntad para sacarlo del atraso en el que se encuentra?.
El Estado tiene todos los recursos naturales y humanos, para ser potencia por encima de muchos, pero necesita de todo el interés y de todo el poder del gobierno federal para remolcarlo y encaminarlo al desarrollo, pero
Quién puede hacerlo?.
Andrés Manuel López Obrador, a diferencia de Fox, Calderon y Peña, se ha propuesto rescatar a Tamaulipas. Su confrontación con el actual gobierno de Cabeza de Vaca, es una muestra de ello. El Presidente conoce al dedillo la historia de los gobernadores y ha expresado su deseo de sentar las bases de la Cuarta Transformación en el Estado.
La pregunta recurrente en estos tiempos de ebullición política es, a quién va a utilizar para salvar a Tamaulipas de los malos gobiernos?.
En Palacio Nacional, dicen que ya tiene tomada la decisión sobre quién será su gallo (será hombre el candidato, de eso están seguros), pero quién le garantiza al Presidente que el elegido sea el "supermán" que requiere el Estado para salvarlo del desastre en que se encuentra?.
La restauración o reconstrucción de Tamaulipas no solo necesita un personaje visionario, sino tiempo y mucho dinero para atender el gran rezago.
Según el Coneval y el INEGI, y todos los estudios serios, colocan al Estado en los últimos lugares en todos los renglones: economía, educación, salud, turismo u seguridad.
Hoy el debate está en quién puede ser el candidato, pero lo que verdaderamente importa, es cómo y con qué, el que llegue en el 2022, le va hacer para gobernar un estado fallido?.
Los tamaulipecos tienen una difícil tarea: no volverse a equivocar luego de casi 30 años de ser engañados y mal gobernados.