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Tatuajes del niño mal hecho

Un drogadicto en casa, peor que una maldición

Muchas veces, la familia está más enferma que el mismo adicto, hay una manera equivocada respecto a la enfermedad, conozco padres alcohólicos que no aceptan tener la enfermedad de alcoholismo. Sus actitudes hacia sus hijos son nefastas: ven al adicto como un vicioso, no como un enfermo; creen que anexarlo con tres meses el problema se va a acabar. Ellos, los padres, no cambian, el adicto se interna y regresa a su casa, una y otra vez recae, no puede salir del hoyo debido a la contaminación que hay en su casa y es el cuento de nunca acabar; el machismo, como el hembrismo, que es el machismo en la mujer, marcan sus tatuajes en el niño adicto; es decir, se le hace tremendo daño a la criatura y luego ingenuamente preguntan. ¿Por qué mi hijo se hizo drogadicto?  En casa se le suministraron todos los elementos emocionales para hacerlo un verdadero mediocre fugado en la sustancia; ahí está el mal, el que muchos padres no aceptan ni trabajan en ellos.  En mi experiencia, hoy se lo confirmo, que el mejor antídoto para evitar que tu hijo sea un drogadicto es el ejemplo y no marcar con tatuajes ni con heridas profundas del alma a las criaturas; son sellos que difícilmente se logran borrar. Hay daños difíciles de trascender, pero por el bien propio hay que hacerlo, hay que borrar y trascenderlos. Muchos padres son el reflejo de sus propios tatuajes, y los daños a los hijos son irreversibles, a veces de por vida, al menos, claro, que el adicto madure y deje de ser mediocre.

Tatuajes del niño mal hecho