Columnas > ERNESTO SALAYANDIA GARCÍA
No hay mal que dure cien años, ni enfermo que los aguante
El Macho típico mexicano.-
El tipo raro, aislado, incomunicado, egocéntrico con cara de palo o de pocos amigos, mostrar inconformidad, malestar y sin saber porque, tajante, autoritario, controlador, manipulador, mentiroso, gritón, pedante sin la más mínima pizca de humildad, orgulloso, altanero y todo un cumulo de defectos de carácter y nefastos patrones de conducta comandados por mis egos, mi gran ego que siempre me distinguió hicieron que la vida que le di a mi mujer fuera un verdadero martirio y que en ella surgiera el hembrismo, exactamente lo mismo que yo, pero en ella y como dice el dicho entre mula y mula nomas las patadas se oyen y claro que los pleitos no solamente eran eternos sino insoportables. Ahora comprendo que cuando yo digo rojo ella dice verde o al revés, comprendo el porqué de esta diferencia de caracteres y pude conocer a Ernesto y a mi enfermedad. La codependencia es una enfermedad que todos tenemos pero no todos trabajamos en ella, la codependencia, es contagiosa y crece en una espiral ascendente, es la soberbia el comandante en jefe, loa apegos y una manera estúpida de pensar de cómo deben de ser las cosas y hoy en mi caso después de haber trabajado en mis propios libros como el de Parejas Disparejas, Secuestrada por Un Neurótico o en el De Ayer y Hoy, sé que mi enfermedad, es una enfermedad emocional y espiritual, puedo ver con claridad la dimensión de este mal en muchísimas personas, con la gran diferencia de que no se dan la oportunidad de trascender y pasan los años y el costal de los resentimientos crece y crece, hasta que el hilo se revienta por lo más delgado.-
Matrimonios en Conflicto.-
Las emociones están a flor de piel, nadie nos enseña a mantener la calma ante las turbulencias, no se nos dan herramientas para evitar intoxicarnos, en los ámbitos laborales somos víctimas del cumulo de resentimientos que afloran en el medio ambiente, la gente es chismosa, intrigosa, descalifica, devalúa, desvirtúa y en un instante es capaz de desintegrar la imagen de una persona, la misma enfermedad emocional los obliga a dudar de todo y a emitir falsos juicios sobre hechos y eventos, no existe una ambiente laboral en armonía porque hay una guerra de egos y un conflicto emocional que provoca estrés y desgaste, por desgracia la gente enferma hace sus propias alianzas con personas igualmente intoxicadas y todo ello podría estar bien pero lo malo es que una mujer toxica, enferma, neurótica, daña severamente su matrimonio y a sus hijos y tarde que temprano habrá de pagar sus propias consecuencias, porque en esta vida es como cuando entras a un restaurante; nadie se va sin pagar y como dice el dicho y dice bien el que la hace la paga, tarde que temprano.-