Columnas > ERNESTO HERNÁNDEZ ALARCÓN

Musiké: Música Luminosa

Como alternativa para tal efecto, los Fleet Foxes, rebosantes de un surreal optimismo, entregan su más reciente trabajo discográfico: “Shore”

Para cerrar el convulso 2020 y arrancar éste 2021, cualquier persona en su sano juicio, ante la locura que representó la pandemia (y probablemente seguirá representando), debería buscar instrumentos que le brinden no sólo salud física, sino también paz emocional. Como alternativa para tal efecto, los Fleet Foxes, rebosantes de un surreal optimismo, entregan su más reciente trabajo discográfico: “Shore” (2020), una cueva sonora aparentemente confortable; un disco donde el tiempo transcurre despacio y desconectado de cualquier realidad con proyecciones trágicas. 

El propósito de Robin Pecknold, líder de esta agrupación proveniente de Seattle, Washington, con la nueva y sorpresiva entrega musical, es crear un contrapunto “luminoso y reconfortante” respecto a su álbum publicado hace tres años (“Crack-Up”, un recorrido oscuro y denso). Sin duda el común denominador de “Crack-Up” y “Shore” es el sentimiento nostálgico y bucólico, pero en el segundo, se percibe un tono esperanzador. Las palabras de Pecknold: “Veo a “Shore” como un lugar seguro en el filo de algo muy incierto, viendo las olas de Whitman recitando “muerte”. Tentado por la aventura de lo desconocido al mismo tiempo que estás disfrutando el folclor de una tierra estable bajo tus pies. Ello fue lo que encontré al pensar, la gasolina que hallé para hacer este disco”. Luego entonces, es también un homenaje a leyendas del folk, del blues y del soul que han abandonado este plano terrenal recientemente: Richard Swift, John Prine, Bill Withers e inclusive Víctor Jara, el músico chileno que es un referente internacional de la canción protesta. 

Musiké: Música Luminosa

Estamos ante un recorrido que dibuja escenarios de hojas caídas con solemne alegría. En “Featherweight” reina una atmósfera flotante donde Pecknold clama: “en esta guerra, olvidé que muchos hombres morirían por lo que renuncié y un día cálido es todo lo que realmente necesitaba”; mientras tanto, “Maestranza” asoma una epifanía ante la ola de tecnología y redes sociales que nublan en ocasiones nuestra perspectiva. Al final, el bello desorden de “Quiet Air/Gioia” crea un perfecto estado de trance. Luminosa música para centrase en las partes positivas de lo inevitable y la evidente incertidumbre .