Columnas > ERNESTO SALAYANDIA GARCÍA
Menores infractores, grandes delincuentes
Niños propensos a caer en la drogadicción
Por supuesto, que un policía corrupto, un político mentiroso, una secretaria deshonestos, un universitario traumado, un político ratero, un sicario, un malhechor, un drogadicto, son niños que no recibieron valores, ni entendieron nada sobre el respeto, la humildad o el sentido de pertenencia, crecieron distantes de esos condados y cuando llega la tentación de la marihuana o cualquier otra sustancia, son endebles, no saben decir que no, igual, cuando los invade algún tipo de conducta tóxica, la dejan fluir, porque no tienen la estructura emocional para decirle no, a la mentira, no a la deshonesta, no a hacer cosas a escondida, cuando por desgracia, estos niños se prenden de las sustancias y las conductas tóxicas es muy difícil que salgan del hoyo, no quieren y no saben cómo salir, son mediocres que les gusta el papel de víctimas y vivir en el mar de lamentaciones, algún día, tendrán hijos y ellos tendrán que vivir su propia historia, pagaran con creces sus actos infantiles e ingobernables, sus hijos, habrán de sacarles canas verdes y en esta vía, tarde que temprano, todo se paga-
La enfermedad emocional es genética
El adicto, nace y se hace en casa, de tal palo, la astilla, son las conductas tóxicas los que los padres heredamos a nuestros hijos, es nuestra manera de ser y de pensar, es la neurosis la que viene de una generación a otra, como la compulsión y la ansiedad, crece la sed por las sustancias, se crece altamente sensible y cuando la primera cerveza, el primer churro entra al cuerpo, es como arrullo al alma, está comprobado, que los hijos de abuelos y padres alcohólicos, somos propensos a caer en las garras de esta enfermedad, enfermedad social que tiene que ver con los hechos delictivos, de cualquier tipo, es decir, en cualquier hecho delictivo, atrás de él, hay conductas tóxicas, así como el uso y consumo de algún tipo de sustancia, en ese sentido, la inseguridad pública, los feminicidios y todo el rio de sangre que corre por México no habrá de cesar con más patrullas , cuarteles y policías, la solución es capacitar a los padres, erradicar los focos de infección de los hogares disfuncionales, ponerle candado a la herencia genético, ponerle un hasta aquí a estas fábrica de drogadictos, alcohólicos, fármacos y malhechores.
Se requiere un plan nacional de prevención
Alguien podrá argumentar que estoy equivocado con mis argumentos, pero están fundamentados en la realidad, estos niños y jóvenes atrapados en las adicciones, no pueden salir del pantano debido a sus conductas tóxicas, el perfil del adicto, no les permite crecer, por el contrario entran cada día más en decadencia, cada día más, se hunden y se hunden en el pantano de arenas movedizas, el origen del cáncer estriba en los antecedentes genéticos y por supuesto en los hogares disfuncionales, y es ahí, donde se moldea el perfil del adicto, que a resumidas cuentas, es un tipo inestable, voluble, neurótico, perezoso, indeciso, mediocre, irrespetuoso, mal hecho, mentiroso, tramposo, corrupto, violento, egocéntrico y todo ese estuche, que muchas mamas reciben como ofensa de cómo es su hijo, pero esa es la realidad, la realidad que nadie quiere aceptar y esta situación, es el detonador de divorcios, violencia doméstica, robos en todas sus característica, corrupción, ineptitud, pereza colectiva, neurosis, por supuesto, violencia, homicidios, feminicidios, igual, delitos sexuales, extorsiones y secuestros, no quiere decir que de la noche a la mañana estos se termine, aquí lo importante, es que las estadísticas ya no crezcan, que le bajemos a los índices y que fomentemos una cultura de vida y de convivencia familiar basada en el respeto y en el amor, es absurdo promulgar frases como la de – Abrazos y no balazos.-
Es una verdadera lástima, el México en llamas que estamos viviendo, no es vida ni un digno ejemplo para nuestros hijos-