Columnas > ERNESTO SALAYANDIA GARCÍA

Endeblez emocional, mal común generalizado

La mediocridad, el sello de distinción

Hay quienes creen que porque tienen un grupo, dan servicio y se aplica al programa, ya la tienen echa, pero son farol de la calle, oscuridad de su casa, viven en un costal de perros y gatos, una guerra de vanidades, extrema violencia familiar, mucho daño emocional, con algo muy grave, viven en el autoengaño, aparentar ser lo que no son, y así, como muchos, viven en borrachera seca, lo mismo sucede en los centros de trabajo, en las escuela y empresas, las fuerzas destructivas dominan la escena y las consecuencias afloran, como el desgane, el desdén, la apatía, los chismes, las intrigas, por supuesto, las críticas y por ejemplo, los operadores, algunos, renuncian al trabajo, no por malas prestaciones, renuncian, porque no soportan la soberbia del o los jefes inmediatos, en este ambiente  de turbulencias emocionales, viven la mayoría de los empleados, involucrados en traiciones, injusticias, levanta falsos, agresiones cobardes a sus espaldas, en consecuencia, poca gente se está agosto, contenta, el aburrimiento en las áreas de trabajo es palpable, ellos, andan, mal y de males, no buscando al que se la hizo, sino a ver con quien se la desquitan. Al respecto, no existe una capacitación emocional, ni se visualiza que alguien tenga interés de hacer algo por su empresa.

Endeblez emocional, mal común generalizado

Un mal ambiente emocional, genera una lluvia de consecuencias

Son víctimas de insomnio, llegan agotados al trabajo, mal y de malas, tienen una pésima relación de pareja y por ende, muy frágil en el aspecto sexual, a la larga en suma, los problemas económicos, el mal manejo de los temperamentos, la genética, el hogar disfuncional en su conjunto, ahora, la pandemia, más la rutina que mata el amor y otros factores, le ganan la batalla al amor y finalmente el matrimonio, truena como esperado y la pareja, entra a otra etapa, emocionalmente dura, como es el proceso de divorcio y toda una vida de conflictos, lo que genera una pésima calidad de vida, muchos de ellas, de ellos, buscan refugio en conductas toxicas como el sexo frecuente y variado, el juego, el gimnasio, la comida, el alcohol, fármacos y un sinfín de sustancias, entrar a este mundo, resulta muy fácil entrar, salir del infierno, es meramente imposible, entre más consumes, más te hundes, no basta con tapar la botella, la complejidad de mi enfermedad, es mucho más complejo que ello.