Límites en la supervisión de los hijos

El respeto de los padres a los hijos, menores o mayores de edad, nutre el afecto natural nacido del vínculo que los une. Es exigido por el precepto divino. La obligación de los padres no solo se limita cuidarlos y educarlos, se extiende también a su educación moral, a su formación como adultos responsables que convertirán algún día.

Algunos, enemigos de la educación y amigos de la libertad absoluta, defienden que se deje al niño hacer lo que espontáneamente quiera. Esto es una aberración. A los niños hay que enseñarles desde pequeños lo que es bueno y correcto. Después, cuando sean mayores lo harán libremente, o no; pero mientras vivan en el hogar familiar hay que enseñarles a seguir las normas por su seguridad.

Todos saben que al comprar un teléfono o cualquier dispositivo inteligente, encontrarán en la caja un cargador, una manual sobre el dispositivo y quizá un par de audífonos. Pero lo que nunca encontrarán es una guía sobre cómo utilizarlo con sabiduría. Por lo tanto, es responsabilidad de los padres ayudar a sus hijos a utilizar los teléfonos celulares y redes sociales con inteligencia.

Los padres de hoy en día tienen en sus manos el poder monitorear lo que sus hijos ven en su computadora, en las redes sociales, lo que envían por el celular, y hasta los pueden ubicar geográ ficamente. Incluso pueden controlar lo que ven la televisión de paga.

La tecnología moderna permite todas esas cosas, sobre todo cuando son los padres los que pagan por el uso y acceso que tienen a esa misma tecnología. Sin embargo, esto no quiere decir que se deban convertir automáticamente en espías de sus hijos, primero no les alcanzaría el tiempo para vivir su vida y seguir continuamente todas las actividades de sus hijos, pero no quiere decir que los padres no puedan estar vigilantes.

Uno de los riesgos actuales que estoy seguro preocupa a todos los padres es sin duda la pornografía y los depredadores sexuales que pululan en las redes sociales. Todos los días se dan noticias relativas al arresto de depredadores "en línea". La intención de estos siniestros personajes es tener acceso físico a su siguiente víctima. 

Es de esperarse que los padres, con toda razón, quieran saber de las actividades de sus hijos en el internet y las redes sociales, pero se enfrentan con el mismo con flicto que se encontraban los padres de antaño al preguntarse si debían leer lo que sus hijas escribían en sus diarios, pues los padres desean demostrar la con fianza que le tienen a sus hijos y respetar su privacidad. 

Esto para que ellos aprendan a respetar los límites que debe haber entre sus cosas y las de los demás miembros de la familia. Actualmente, los padres están conscientes del peligro de las drogas y alcohol. Las noticias dejan claro la magnitud de las redes de pornografía, y de las técnicas utilizadas por los depredadores del internet, así que estar atentos y vigilantes de todas las actividades de sus hijos es una medida vital.

Ahora más que nunca deben saber quienes se encuentran en su círculo de amistades, que clase de relación tienen sus hijos con ellos, y en qué actividades participan. Como lo hagan es decisión de cada padre de familia, sus hijos pueden estar de acuerdo o no, incluso no tienen ni qué enterarse de las técnicas usadas por mamá y papá para mantenerlos a raya, pero es un deber de los padres el saber todo lo que los rodea, si quieren librar a sus hijos de los peligros que los acechan. 

Vive un día a la vez! ... ignite the moment!...Y recuerda que Dios te ama y yo también. 

Msgr. Juan Nicolau, Ph. D. STL. Sacerdote jubilado de la Diócesis de Brownsville. Es psicoterapeuta familiar y consejero profesional con licencias.