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La muerte acecha más a los pobres

  • Por: MANUEL RIVERA S.
  • 28 NOVIEMBRE 2017
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La muerte acecha más a los pobres

En serio, no entiendo. Si hay un símbolo por excelencia de la igualdad, es ella.

Común a todos los seres vivos, encontrarla es sólo cuestión de tiempo. Sin importar condición alguna o diferencia en los hombres, ella llega, termina con todo y firma con su sello de equidad, condenando tácitamente cualquier intento de discriminación o burlándose de toda locura de superioridad.

¿Entonces, qué sucede en el tercer mundo o mundo de tercera, que hasta en lo que pareciera no hay cabida para diferencias, sí las hay?

A ver: si la muerte acompaña a la vida hasta que caprichosamente decide terminarla, ¿por qué en el mundo de tercera es más cruel que en los superiores? ¿Qué no es ella símbolo por antonomasia de la igualdad de los hombres? ¿En México ya ni la muerte es seria?

A ver, a ver... ¿A qué viene todo esto? Bien sé sigues riñendo conmigo. Esta semana me enteré, a propósito del sueño que temporalmente estás haciendo realidad, que preferías no tenerme. Si pudiera, reiría. Soy irrenunciable.

Sí, eres irrenunciable, conciencia - ¿tengo? -, pero también eres mexicana, así que no me obligues a buscar una excepción en público. Está bien, adelante con tu "incontinencia" de pseudo reflexiones.

Lo que sucede es que recuerdo las imágenes transmitidas el viernes en redes sociales acerca del lamentable accidente carretero sucedido en la vía Ciudad Victoria – Monterrey, donde un autobús de pasajeros y, al parecer, una camioneta impactaron de frente, muriendo cuatro personas.

Como accidente, sin duda se trató de un hecho involuntario. Empero, muchas de las imágenes en torno a la atención del caso, evidencias sí de voluntades, piden tomar aquí la palabra, sabiendo que mis seres queridos y yo podemos también sufrir un suceso de esa naturaleza.

Primeramente, supongo que los socorristas de la Cruz Roja que sacaron sin más herramientas que su corazón, sin duda la más fuerte, a un operador atrapado en el área del camarote, con el camión ya en llamas, recibieron el mismo día del accidente el reconocimiento de la superioridad de la institución, pues si bien ellos actuaron movidos por su ser humano, en elemental cumplimiento de su deber, lo cierto es que no tenían obligación alguna para comprometer su integridad física.

Pero... ¿Los servicios de emergencia de la capital de Tamaulipas carecen de herramientas como las "quijadas de la vida" u otros equipos neumáticos para atender estas emergencias o están tan limitados de recursos que su unidad de rescate urbano no se activa por sistema al recibir el aviso de un "carreterazo" y debe esperar ser solicitada?

¿Lo mismo sucederá con los Bomberos de la capital, que al parecer no fueron activados por sistema ante el aviso de accidente tan potencialmente grande y llegaron hasta que fueron solicitados, prácticamente sólo para ver la estructura humeante del autobús, de cuyo interior el valor de los socorristas extrajo minutos antes a una persona que estaba a punto de calcinarse?

Y ya ni hablar de la gente que parece llega a la foto o de la necesidad de prácticas con extinguidores mostrada al mundo a través de Internet.

Ahora me vas a salir con que eres experto en rescates, ¿o no? ¡Por supuesto que no! Oye, pero algo debió quedárseme después de 20 años de acompañar a mis hermanos bomberos y paramédicos. Y bien sabes que hablar de ese gremio, es, después de ella, lo más sagrado para mí.

Pero, ¿entiendes ahora porque creo que la muerte aquí deja a un lado su política de igualdad y amenaza más a quienes menos tienen? Sí, de que a todos llegará, ni qué decir, pero de que podrá llevarse primero a unos, también.

Lo siento, muerte, pero estas opiniones humanas, ni por asomo verdades divinas, debía externarlas. Hay que ser justos, no abuses de los pobres, tan iguales a los ricos, aunque ni unos ni otros lo crean hasta que te tengan cerca.

riverayasociados@hotmail.com


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