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La verdadera historia de la Conquista de la Nueva España

  • Por: EUGENIO MILLA
  • 23 AGOSTO 2020
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La verdadera historia de la Conquista de la Nueva España

Escaso y desocupado lector, hace unos días se cumplieron 500 años de lo que se conoce en la historia como "La noche triste". El 13 de agosto de 1520, las tropas de Cortés tienen que salir huyendo del palacio de Axayaácatl para terminar casi rendidas, pero no derrotadas en Tacuba. 

La leyenda, cubierta de un halo de fantasía describe cómo el Capitán general, es decir, Cortés llora amargamente sentado bajo el cobijo de un ahuehuete, Este era el nombre náhuatl para lo que se conoce en otros lados como ciprés y dicho árbol es conocido como "El árbol de la noche triste" y aún está lo que queda de él en Popotla, Cd. de México. 

La historia verdadera no llama a este suceso como "la noche triste", sino que es López de Gómara quien le da el nombre a tan legendario evento. Pero bueno, el punto es que en su mayoría las crónicas de los conquistadores tienen ese elemento fantástico característico de las novelas caballerescas en donde aparecen romances, dragones, encantamientos, presagios y supersticiones, así como héroes, princesas y villanos. Es por esta razón que dentro de la exploración y conquista se le fueron dando nombres a lugares y a cosas típicos de los textos de caballería, tales como; La Florida, California y La Patagonia, siendo esta última una tierra donde habitaban los gigantes patagones según Magallanes.

El hacer esta anotación acerca de la influencia de las novelas de caballería dentro de las crónicas de Indias resulta importante, ya que curiosamente nos dice como fueron los hechos pero no lo que sucedió en realidad. Como por ejemplo lo que sucedió a Pizarro quien a la postre se convirtiera en el conquistador del Imperio Inca mientras se aseaba en una charca en la selva de Venezuela. 

Pizarro se ve atacado por un "dragón" al cual mata con su espada. Esto fue el dato que el cronista recogió pero en realidad lo que pasó es que Pizarro se topó con una anaconda, que es una serpiente constrictora de gran tamaño típica de la parte septentrional de Sudamérica, y al ver cosas desconocida los cronistas pues aplicaban el conocimiento adquirido para efectuar sus escritos. Otro caso peculiar es el del manatí que en algún momento fueron confundidos con sirenas, de ahí que el nombre científico de la familia de estos animales sea el de los sirénidos.

Retomando el hilo de la historia de la conquista, Cortés llega  a las puertas de Tenochtitlan el día 8 de noviembre de 1519. Se dice que dicho encuentro se efectuó en lo que hoy es la confluencia de las calles República del Salvador y Pino Suárez de acuerdo a lo que es el trazado actual del centro de la Ciudad de México. 

Cortés es recibido ni más ni menos que por el Huey Tlatoani, Montecuzoma Xocoyotzin. Al aproximarse al emperador, Cortés le hace saber al mandatario que es un enviado de Carlos V y le obsequioa una modesta cruz de oro que traía consigo, a lo que el tlatoani respondió con muchos regalos. 

A pesar de que Montecuzoma advirtió en repetidas ocasiones de que no quería que Cortés llegara a Tenochtitlan, lo recibe con una embajada bastante espléndida y no precisamente para hacer muestra de su generosidad sino para mostrarle su poderío. Así pues la versión caballeresca que alguna vez escuchamos es la de que los mexicas pensaban que Cortés era un dios y que los conquistadores a caballo eran una especie de centauro, es decir, que eran uno con el animal. Pero estas anotaciones resultan difícil de creer ya que en México existían cuadrúpedos grandes como el venado y en cuanto a la divinidad del "Quetzalcóatl" que supuestamente regresaba, quedó clara al rechazar los sacrificios de sangre hechos en su honor. 

Al instalarse en Tenochtitlan, Cortés empieza a tener acercamientos con Montecuzoma y empieza las negociaciones acerca de "lo importante", el oro. Realmente dentro del palacio de Axayácatl era donde se concentraba la mayor riqueza acumulada de los Tlatoanis que habían estado previamente en el trono de Tenochtitlan, pero esto Cortés aún no lo sabía.

Cortés toma como rehén al emperador y a su familia dentro del palacio y ahí es informado por el Tlatoani que hay una flotilla castellana avistada en Veracruz y que supuestamente lo andan buscando. Cortés sale a enfrentar a la expedición que estaba al mando de Pánfilo de Narváez. 

Al irse Cortés de Tenochtitlan deja en manos de Pedro de Alvarado el control de la plaza. Mientras tanto, en Veracruz las tropas de Cortés derrotaban rápidamente a los expedicionarios y convence a la gran mayoría de unírsele en la conquista.

De regreso a la ciudad, Cortés encuentra que todo está en caos. Alvarado hizo una masacre en una celebración en el Templo Mayor y acabó con la fiesta y con la vida de quienes participaban en ella. Al llegar Cortés  a la ciudad, se da cuenta de que el ambiente es un tanto hostil y se refugia rápidamente en el palacio. Esos días resultaron de mucha tensión y es aquí donde la turba enfurecida arremete contra los conquistadores. Ante la presión, Cortés pide a Montecuzoma que calme a su gente. Al salir, los mexicas lo apedrean hiriéndolo de muerte a causa de un golpe en la cabeza. Cortés sabe que tienen que salir de la ciudad cuanto antes, así que transformaron todo el oro que encontraron dentro del palacio, en lingotes de esta manera huyen a la siguiente noche. 

En la calzada son sorprendidos por los guerreros mexicas que ahora están al mando de Cuauhtémoc, sobrino del finado emperador. Tras librar cruenta batalla más de la mitad de los hombres de Cortés perece en el intento por salir de la ciudad. La mayoría de los soldados castellanos mueren ahogados a causa del peso del oro que llevaban consigo.

Y es aquí donde se inscribe en la historia la despechada noche en la cual Cortés lloró amargamente y no tanto por las bajas  humanas sino por la pérdida del oro y especialmente por haber perdido el quinto real correspondiente a su cesárea majestad. Así que Cortés  y sus tropas se retiran a Tlaxcala por un año para lamerse las heridas y reagruparse para regresar a gestar la conquista.

Para concluir con el artículo me despido esperando que tengas una semana muy aprovechada y llena de mucha lectura y descubrimiento. 

Aprovecha cada día al máximo, "Carpe Diem".

¡Hasta la lectura siempre!

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