Columnas

Esclavo del alcohol

  • Por: ERNESTO SALAYANDIA GARCÍA
  • 30 DICIEMBRE 2017
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Esclavo del alcohol

Sin saber, sin sentirlo, sin tener conciencia, mi convertí en un verdadero esclavo del alcohol, yo, no podía parar, tenía que terminar ahogado de borracho, vomitado, quédame dormido y destilando alcohol hasta por los poros, fueron muchas Noches Buenas que arruine por mi  sobre intoxicación, por el exceso de bebida, yo no disfrutaba de nada, ni de mi familia, ni del ambiente, mucho menos de la cena, mi consumo impresionante echaba a perder la ocasión, discutía por todo y por nada, peleaba con mi hermano por tontería y media, a punto de agarrarnos a trancazos, no me importaban las lágrimas de mi madre, quien insistentemente me decía.- Ya gordo, ya por favor.- Veía como sus lágrimas derramaban el rímel en sus ojos y su rostro se manchaba de negro, no me importaba la intervención de mi esposa para que me calmara, yo, borracho, insistía en defender mi verdad, mi razón y mi hermano, otro tanto, la familia se divida, y en unos instantes arruinaba la velada, en un ratito, exterminaba el espíritu navideño, dando un pésimo ejemplo a mis hijos y sobrinos,  mostraba mi debilidad ante el alcohol, mostraba mi  soberbia sobrada y me importaba un bledo lo que pensaban o sintieran los demás, no reconocía, que mi vida era ingobernable y que el alcohol me tenía trastornado.- Borracheo, hasta espanta!.- Tu Cres, me decía mi abuela, que te tomas una cuba, pero es la cuba quien te toma a ti.- Mas aun, cuando empecé a usar cocaína,  y me emborrachaba, necesitaba del maldito polvo, porqué de lo contrario, se me subía el alcohol demasiado rápido y los trastornos eran impresionantes y las conductas peores-

Noches de ansiedad

Cuando me prendí de la cocaína, vinieron algunos problemas adicionales, como la dificultad de salir de viaje, no era fácil cargar droga en los aviones, aun así, lo hice y me intoxicaba en el baño del avión, cada 20 minutos en un vuelo de una hora con cuarenta minutos, generaba que el piloto me está viendo desde  la cabina y me escandia donde mi mente generaba que había una cámara, producía un cúmulo de ansiedad cuando no me sustanciaba, cuando no cargaba mi droga y eso sucedía en las fiesta, como Navidad y año nuevo, el consumo era en cantidades industriales, la cocaína es una droga super adictiva y ante su ausencia, me volvía hiper neurótico y el alcohol me tumbaba rápidamente, mis celos crecían al por mayor y me hice todo un experto en maltratar a mi mujer, en hostigarla, denigrarla, devaluarla, ridiculizarla, se me daba con facilidad provocar el derrame de sus lágrimas, me importaba un comino toda esa violencia mental que le suministraba, me acostumbre a esa nefasta rutina , me adueñe de su vida, de sus sentimientos y de su mente, le arrebate su personalidad, le robe su autoestima y viole sus sueños, mate sus ilusiones y todavía, después del pésimo trato que le di, yo me hacia la victima.- Maldito alcohol!- 

Lo que la esposas y las mamas no saben

Esta película de terror  que yo les di los míos, por desgracia hoy en día, se vive en infinidad de hogares, hogares llenos de mediocres, qué como yo, no aceptan la enfermedad y están abocados en dar un verdadero infierno a los suyos, ahí están los nefastos neuróticos, los celosos empedernidos, psicópatas, patológicos, como yo, ahí están los soberbios, neuróticos empedernidos,  nefastos marihuanos, intocables, irritables, sabelotodo, enanos intelectuales que no se les puede decir nada porque explotan, capaces de golpear a su madre, a su esposa, ahí están esos seres egoístas que solo piensan en ellos, como yo, intoxicados mañana  tardé y noche, gastando dinero que no es de ellos, negados, mediocres cobardes, inútiles, buenos para nada, parásitos de la sociedad, enanos que creen que las drogas, la marihuana,  no hace daño, así como yo, ahí están murtos en vida, atrapados sin salida, escupiendo a la familia, amargándole la existencia a otros, manteniéndoles en jaque con la incertidumbre nocturna de donde anduviera, la habrá pasado algo, ahí está, tanto chabelote, que ni estudia, ni trabaja, ni hace nada, solo robarle a su madre o a su esposa para mantener su vicio, ahí están, tantos Ernestos que no se quieren dar la oportunidad de vivir en libertad

Es Gracias por leer y más por escribirme.- ernestosalayandia@gmail.com, búscame en Facebook, sigue la huella en Twitter @teo_luna, más información en: montrealquebeclatino.com, WhatsApp 614 256 85 20.- Tratamiento ambulatorio para alcohólicos y adictos, sin internamiento, nuevo modelo de recuperación efectiva. Nada es para siempre, nada, ni bueno ni malo. - 


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