Columnas

La bola de cristal

  • Por: ERNESTO SALAYANDIA GARCÍA
  • 24 NOVIEMBRE 2017
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La bola de cristal

De farmacia en farmacia

La cocina  descalcifico mis huesos, cuando se iba la anestesia, el dolor era intenso, muy agudo, sentía como si me clavaran una daga n varias partes de mi espalda, no podía caminar, sin ofrecer serias dificultades para hacerlo, establecí una  fuerte dependencia con el Nubain, morfina sintética y comencé a inyectarme, poquito, luego más, y más, hasta que llegue a meterme tres miligramos en la mañana., tres miligramos al medio día y tres más o más en la noche, en complemento, cocaína, tafil, vodka y cigarros, pero el nubain, anestesiaba mis emociones, me drogaba y me liberaba del dolor, pero cuando se iba el efecto, la resaca era un verdadero tormento, me tenía que meter más droga y un doctor amigo, me lo advirtió, me hice ver la bola de cristal y me dijo.- Ten mucho cuidado, es una droga muy peligrosa con efectos severos a tui cerebro, trata de evitarlo.- Por supuesto, que no le hice caso y me prendí de  esta sustancia toxica derivada del opio, recuerdo lo que sufría todos los días, andar recorriendo toda la ciudad, de farmacia en farmacia, es un medicamento que escasea mucho, tiene una gran demanda, con el tiempo, me volví loco, perdí el sano juicio, caí en depresiones y me volví más neurótico.- no hice caso, ni reflexione sobre la bola de cristal que me enseñaron, no creí lo que me iba a suceder.... Se quedaron cortos

Mal de muchos....

Una noche, a punto de que cerrara  el súper,  después de pagar, mi mujer fue a reclamar el precio de unos vasos que obraron más caro de lo que anunciaba la etiqueta en el mostrador y  me quede empacando las bolsas, mientras que mis dos hijos, Andrea y Neto corrían de un lado para otro, todo iba muy bien hasta que empezaron a pelear y me aleje del carrito, la tienda estaba solo, únicamente estaba una mujer pagando sus compras en la caja, mi mujer regreso sin éxito, no le respetaron el precio y nos alejamos del súper, cuando llegamos a casa, nos percatamos que faltaban tres bolsas, varios artículos de los que habíamos comprado, tres bolsas para ser exactos, yo mismo las empaque y ahora sí que ni llorar es bueno.- Fue la señora que estaba atrás de nosotros.- Dijo mi niña.- Era la única persona que estaba en la tienda y el resumen de mi parte fue el mismo, no había otra lógica, esa mujer aprovecho el momento, haciendo real el conocido refrán.- La ocasión, hace al ladrón.-  y yo, pensé, reflexioné mucho sobre esta conducta, que por desgracia, predomina por todos lados.- Gente mañosa.- Caras vemos, emociones no sabemos, mañas menos y palo dado, ni Dios lo     quita,. Consideré que esta mujer, es una niña dañada con un vacío espiritual enorme, lleva, profundas heridas en su alma, llena de resentimientos, amargada, en la miseria espiritual y sin la más mínima porción de honestidad,  de humildad y de respeto, ella,  es una niña,  víctima de un hogar disfuncional y tarde que temprano, habrá de pagar sus consecuencias, el que mal obra, mal acaba, pero, no pasa nada, hay gente deshonesta qué te roba en despoblado, mecánicos que te cobran refacciones que no compraron, técnicos que se suben a revesar tu aire acondicionado y en menos de cinco minutos, te están cobrando mil quinientos pesos, médicos y un mundo de personas mal nacidas que  abusan de ti, te ven la cara de.... Y si te descuidas, te hacen  daño, esa es la cultura.- El tranza avanza.-  y la factura que estamos pagando es muy cara, son vidas que se pierden o se arruinan.

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