El nacimiento de un cuento fantástico en México

Sin duda el siglo XIX fue una etapa en la historia de México que lo marcó de una manera en extremo violenta, es decir, México se la pasó en guerras. La Independencia, La intervención norteamericana, La Guerra de los pasteles, La Intervención francesa y la Guerra de reforma fueron eventos que de alguna forma atrasaron al país. Mientras en Europa, principalmente en la Gran Bretaña, Irlanda, Francia, España y Alemania la producción literaria estaba a tope. 

Grandes obras vieron la luz durante el decimónonico. Memorables criaturas como Frankenstein, el Hombre Lobo, El Dr. Jekyll, Drácula, Carmilla y Lord Ruthven y Dorian Gray acaparaban el gusto de los lectores. 

No es sino hasta 1878 cuando en México surge el primer cuento fantástico nada menos que de la pluma de José María Roa Bárcena: “Lanchitas” y no, no es que trate de lanchas como pudiera ser sugerente. 

Nacido en Veracruz, muy joven Roa Bárcena emigra a la ciudad de México. Ahí empieza a escribir y a meterse en el mundo de la política, de hecho, perteneciente a la bancada conservadora, forma parte de la delegación que viajó a Francia para ofrecer la corona de México a Napoleón III. Y bueno lo sucedido pues creo que ya todos conocemos la historia.

“Lanchitas” es un cuento fantástico donde el positivismo y espiritismo conviven sin desenfado. Este relato cobra vida gracias a la leyenda urbana conocida la leyenda del Callejón del padre Leucona. 

Durante la colonia en México y el resto de la América española existieron sinnúmero de leyendas que nutrieron el folklore latinoamericano así como de las leyendas españolas de una manera impresionante. En el antiguo centro de la ciudad de México existió un importante número de historias que hicieron de la capital novohispana una fuente inagotable de estas. Por lo general cada callejón tenía su leyenda como el Callejón del Aguacate, El Callejón del sapo y el afamado Callejón del beso ubicado en la colonialísima ciudad de Guanajuato. 

“Lanchitas” es un cuento que se desarrolla en la época de 1820-1830. Un día, el padre Lanzas a quien los parroquianos daban el apoyo que da título a esta obra, se dirigía a una tertulia en casa de uno de los altos personajes de la época. Camino a la velada, Lanzas es alcanzado por una mujer que le suplica ir a dar la extremaunción a un moribundo. El sacerdote entra en una vieja casa en ruinas y ahí ve al agónico a quien da los santos oleos al y abandona el lugar de forma apresurada, sin embargo se da cuenta de que tiró su pañuelo bordado con su nombre y decide volver a buscarlo al día siguiente. Para su sorpresa descubre que el lugar no ha sido abierto en años, sin embargo encuentra el pañuelo. Después de haber tenido la experiencia de aparecidos, Lanzas sufre un tipo de lesión mental que lo deja al borde de la idiotez.

Sin duda es un cuento que mantendrá al lector al borde de las silla. 

Roa Bárcena es, sin duda uno de los escritores más subestimados nos lleva por un pequeño recorrido del México colonial poniendo en evidencia las costumbres y supersticiones de la época.

Para concluir con el artículo me despido esperando que tengas una semana muy aprovechada y llena de mucha lectura y descubrimiento. 

Un abrazo Grande. Aprovecha cada día al máximo, “Carpe Diem” y también “Carpe Nocte” ¿por qué no?

¡Hasta la lectura siempre!