Columnas - Eunice Rendón

El fenómeno Taylor Swift y las elecciones en Estados Unidos

  • Por: EUNICE RENDÓN
  • 03 FEBRERO 2024
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El fenómeno Taylor Swift y las elecciones en Estados Unidos

Una de las frases más socorridas de Churchill es que "La democracia es la peor forma de gobierno, excepto por todas las demás". Al margen de la ironía, vale la pena reflexionar sobre la crisis de la democracia en el contexto electoral de Estados Unidos.

La democracia puede ser entendida como la necesaria correspondencia entre los actos de gobierno y los deseos de aquellos que son afectados por ellos. Es decir, que la titularidad del poder reside en el pueblo, que lo ejerce por sí o a través de representantes. Para que haya una verdadera democracia, debe haber certidumbre en las reglas electorales, pero incertidumbre acerca de quienes puedan ganar. Además, certeza sobre el cumplimiento de los resultados electorales. En el caso de Estados Unidos —a diferencia de nuestra región latinoamericana— se hablaba de una democracia consolidada, al menos hasta el gobierno de Trump. Él nos recordó que sin importar cuán frágil o consolidada esté, cualquier democracia está siempre en riesgo.

Estados Unidos tiene un sistema bipartidista en el cual demócratas y republicanos han definido la vida política del país, se celebran elecciones libres y periódicas, hay libertad de asociación y expresión, la posibilidad de ser elegido para cargos públicos, competencia y oposición. Pero ¿qué sucede cuando una artista tiene el potencial para cambiar los resultados en las elecciones de un país? El fenómeno Swift es un ejemplo entre otros de cómo la ignorancia política puede llevar a todo un país a someterse al mandato de un presidente elegido por los motivos equivocados. Hay otros horizontes a los cuales mirar, que nos llevan a preguntarnos si basta con seguir las reglas del juego para hablar de una verdadera democracia. La "mayoría" no basta para que un régimen sea democrático. Por ejemplo, la opinión mayoritaria puede ser incongruente con los elementos mismos que definen a un régimen democrático. El principio mayoritario debe proteger también a las minorías, a través de compromisos y consensos. De otro modo, la tiranía de la ignorancia y el miedo pueden controlar la opinión popular e inclinar la balanza sobre uno u otro candidato. Mientras no exista una cultura cívica, la "democracia" podrá ser utilizada como una forma de legitimar la imposición de agendas político-económicas de poderes fácticos. 

Y el fenómeno Taylor Swift cobró una importancia inusitada. Un sondeo reveló que 3 de cada 10 estadounidenses menores de 35 años serían más propensos a votar por un candidato respaldado por la artista. Además, a partir de una publicación suya en Instagram, 30,000 personas se inscribieron en el día nacional de registro de votantes. Esto puede ser decisivo para inclinar la balanza en las elecciones de 2024. En 2020, el 48% de los votantes elegibles de 18 a 29 años votaron, en comparación con el 73% de aquellos de 65 a 74 años. Sectores de la derecha han manifestado su preocupación por la influencia que la cantante pueda tener en las elecciones de 2024, dado que antes apoyó abiertamente a candidatos demócratas.

La democracia asegura el desenvolvimiento pacífico de la lucha por el poder y la vía electoral es indispensable dentro de cualquier estado de derecho democrático. Cabe preguntarnos, sin embargo, qué mecanismos es necesario implementar para limitar la influencia de los medios de comunicación y de los poderes económicos y de facto, que utilizan la opinión pública para controlar el sistema electoral. 

@EuniceRendon

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