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Desigualdad y elecciones en México

  • Por: ARTURO HERRERA
  • 10 JUNIO 2024
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Desigualdad y elecciones en México

México es un país de grandes contrastes, mientras la alcaldía Benito Juárez, en la Ciudad de México, tiene un Índice de Desarrollo Humano similar al de Francia, los municipios de Aldama o Mitontic, en Chiapas, alcanzan apenas los niveles de Guinea-Bissau o de la República Democrática del 

Congo. Esta desigualdad social y regional se ha traducido también en polaridad política. En la alcaldía Benito Juárez el PAN ganó nuevamente (de la misma forma que ha ganado todas las elecciones desde el año 2000), mientras que en Chiapas, el estado más pobre del país, Morena obtuvo el 80% de los votos.

Un sondeo preelectoral de El País confirmaba estos patrones de voto: a menor ingreso, mayor intención de voto por Claudia Sheinbaum, y a mayor ingreso, mayor la intención de voto por Xóchitl Gálvez, la candidata opositora. De igual forma, la única categoría laboral en la que Xóchitl Gálvez salía vencedora era en la de "patrón o empleador".

Pero la polaridad política y social tiene implicaciones más profundas, en los meses previos a las elecciones no fue infrecuente escuchar decir frases como "en mi circulo nadie va a votar por Claudia Sheinbaum". No tengo porque dudar de ello, pero ese tipo de frases son muy reveladoras, hablan de procesos de exclusión profundos, donde al círculo de unos no entran los otros, donde no se les conoce o no se les reconoce. Los partidos tradicionales no parecen haber podido articular un discurso que fuera creíble por aquellos que no se han sentido representados.

Así, la gran tarea para Claudia Sheinbaum será como atender a quienes han puesto sus esperanzas en ella, a quienes han sido excluidos de manera sistemática por décadas. La forma más eficaz de combatir la pobreza y la desigualdad es mediante la generación de empleos en México se incorporan al mercado laboral un poco más 800.000 personas por año, por cada punto de crecimiento del PIB se generan alrededor de 200.000 empleos, así pues, el país requiere crecer al 4%.

Esto ayudaría a atender algunas de las características más preocupantes del mercado laboral mexicano, un mercado donde el 55% de los trabajadores labora en el sector informal (donde no tienen acceso a la seguridad social), o donde las mujeres son excluidas de manera sistemática (la participación de las mujeres en el mercado laboral en México es de solo el 45%, la cifra más baja en América Latina con la excepción de Guatemala).

Pero además de todas las razones de justicia social por las que estos temas deben atenderse, existen otras: la experiencia internacional tiene amplios ejemplos, muy preocupantes, de lo que puede pasar cuando la exclusión y los impactos de la desigualdad no son atendidos con prontitud. La creciente desigualdad, así como la falta de oportunidades y el estancamiento en los niveles de vida en las economías avanzadas han sido terreno fértil para el desarrollo de sentimientos xenófobos y antiinmigrantes; es parte de lo que explica el voto a favor del Brexit (aunque la situación económica de quienes hayan votado por ello probablemente se ha deteriorado más) y es también lo que explica parcialmente a fenómenos como Trump o Bolsonaro.

Me parece que el reto hacia adelante radica no sólo en atender las causas económicas y sociales de la desigualdad, sino también en construir una sociedad donde los círculos no sean excluyentes y en donde todos se sientan representados.

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