Colosio, el último gran héroe nacional...
Aún no sabemos si su hijo Luis Donaldo Colosio Riojas tiene el talento, los tamaños y la habilidad para ocupar los zapatos de su señor padre. Por mucho, el último Gran Héroe Mexicano, por encima de la ficción perniciosa que fue y sigue siendo Andrés Manuel López Obrador o Carlos Salinas de Gortari.
Cierto, hablamos con enormes dudas, porque nunca conoceremos el nivel del Presidente de México que pudo ser Luis Donaldo Colosio Murrieta, asesinado un 23 de marzo de 1994, en Tijuana, de uno o dos balazos, pero uno sí, certero, que le destrozó el cráneo, mientras en el fondo se escuchaba "La Culebra" de Benny Moré.
"Huye, José, ven pa' cá, cuidado con la culebra, que muerde los pies".
Posiblemente el personaje de la vida nacional política más carismático de los últimos 50 años. Orador sin par, emocionador de multitudes, pero con un don mayor que taparía cualquier defecto: decir la verdad, y eso en México y el mundo siempre ha sido un pecado de muerte.
Siendo partícipe del sueño de muchos, estamos seguros que habría dado un rumbo muy distinto al populismo de estos tiempos, que la reivindicación de los de abajo, el fortalecimiento de las clases medias que tanto se odia en estos tiempos, y que el pleito con la aspiración de estos tiempos, no sería un delito.
En resumen, que tendríamos mucho más que un par de zapatos. Y enójense conmigo, pero los hipócritas que quedaban en el CEN del PRI, poco valor le dan ya a las palabras de su discurso del 6 de marzo de 1994, en el Monumento a la Revolución, durante el 65º aniversario del Partido Revolucionario Institucional.
Y es que no se equivocó en ese momento cuando expresó:
"Yo veo un México con hambre y con sed de justicia. Un México de gente agraviada, de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían de servirla".
"De mujeres y hombres afligidos por abusos de las autoridades o por la arrogancia de las oficinas gubernamentales. Veo un México de campesinos que aún no tienen las respuestas que merecen".
"Veo un México de indígenas que aún no pueden esperar más para exigir justicia, dignidad y progreso. Veo un México de jóvenes que enfrentan con angustia el presente y con incertidumbre el futuro".**
"Veo un México lastimado por las distorsiones del poder público, por corporativismos de intereses, por la ineficiencia y la corrupción en distintos órdenes de gobierno."
"Veo un México con sed de justicia. Un México con hambre. Un México de gente agraviada por la distorsión que imponen a la ley quienes debieran de servirla".
"De mujeres y hombres afligidos por los abusos de las autoridades, o por la arrogancia de las oficinas gubernamentales. De ciudadanos que viven con miedo, que enfrentan el flagelo de la delincuencia y la inseguridad."
Era un PRI mejor que "la basura" que es hoy, entreguista y servil a los intereses que, desde el 94, vimos en Ernesto Zedillo, en Vicente Fox, en Felipe Calderón, en Enrique Peña Nieto y en Andrés Manuel López Obrador, distraídos en la vanidad y la destrucción nacional.
Esa es mi verdad. La de ustedes, siempre les agradeceré la retroalimentación en redes o correo... En fin, que llegó otro 23 de marzo más y seguimos como en aquella ocasión, perdidos en la porqueriza, en el bosque de duendes que ahora viajan humildemente en primera clase, Mr. Noroña.
Total, torpes de neurona los que se piensan eternos en cuerpo...bien lo decía San Margarito, se van a morir de viejos.
Anécdota: Fue el 23 de marzo de 1994 a las 17:05 horas, al término de un mitin en la colonia Lomas Taurinas, en Tijuana, Baja California. Su muerte oficial fue a las 18:55 horas en el Hospital General de Tijuana, según el parte médico oficial.
Estaba en el CDM del PRI de Matamoros, en la cacería de información, y el rumor fue que le habían dado un balazo en la cabeza. Todos pensamos que se trataba de una broma, cuando la verdadera fue y sigue siendo el sistema político que tenemos de 1970 a la fecha.
Posdata: Con y sin respero, Colosio Jr. tiene que dejar de ser el hijo de "Pedro Infante".
Nostra Política.- "El hombre es el único animal con capacidad de observarse a sí mismo y que ha sido dotado de la dolorosa capacidad de haber querido siempre saber el por qué". —Nadine Gordimer.
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