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Caóticos unidos

  • Por: DELIA RODRÍGUEZ
  • 25 ABRIL 2025
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Caóticos unidos

Los nuevos ´influencers´ del orden y la productividad no son expertos, sino los propios procrastinadores

Mi influencer favorita de esta primavera se llama Christi Newrutzen. Nada más verla ante la cámara —con ropa cómoda de estar por casa, zapatillas, el moño mal hecho, gafas de sol y un gran micrófono— una sabe que no está ahí para darle lecciones de moda o belleza, y se agradece. Su misión es confesarnos cuánto tiempo ha estado aplazando una tarea, ponerse a ello delante de nuestros ojos y decirnos después cuánto ha tardado. Ordenar la despensa: un año de procrastinación, 27 minutos de trabajo. Organizar esos cajones de la cocina: año y medio de pereza, listos en 31 minutos. Llamar al dentista: tres años evitándolo, resuelto en 9 minutos. Solo el vídeo de 50 segundos de la despensa lleva más de siete millones de visualizaciones. Christi es una hacker. Para los procrastinadores enfermizos, el truco no consiste en entender la inutilidad de arrastrar en el tiempo una tarea sencilla: eso ya lo sabemos y seguimos tropezándonos en el pasillo con la bolsa de ropa que hay que llevar a reciclar. El truco consiste en transformar una obligación solitaria en una narración compartida, pública y divertida.

Desde sus comienzos, internet se ha obsesionado con la productividad y la organización, pero quienes compartían sus métodos eran precisamente el tipo de personas que no los necesitaban. Tomemos por ejemplo a Cal Newport, autor de Céntrate, uno de los libros más vendidos sobre el tema. "En realidad, no sé lo que es procrastinar", dijo hace un año a este periódico, "puede que me cueste empezar, o que retrase los proyectos, pero una vez me pongo no pierdo el tiempo hasta que hago las horas que me he propuesto". Es difícil imaginarse a Marie Kondo o a su versión española, La Ordenatriz, dejando para mañana unos platos sucios. En comparación con todos ellos, se agradece la desastrosa presencia de Christi en pijama.Bajo esa premisa de que a veces, el apoyo de otros pacientes puede ser más transformador que el de los médicos, TikTok está sirviendo para que los caóticos, unidos, se intercambien consejos más imaginativos que el simple "haz una lista y ve tachando", irreal para quienes, por el motivo que sea, tienen las funciones ejecutivas comprometidas. ¿Hay que limpiar la casa? Piensa que estás trabajando para otra persona y que te pagan por ello; llama a alguien por teléfono y pídele que te entretenga mientras tanto; pon en bucle la canción de tu videojuego favorito; dile a un familiar que amague con una visita sorpresa. ¿No te pones con la declaración de la renta? Empieza primero con otra tarea que te apetezca más y, cuando hayas calentado, inténtalo; sitúa una silla en mitad de la habitación y cuando te distraigas, siéntate en ella hasta que el aburrimiento te haga volver a la tarea. Entre quienes teletrabajan está de moda el body doubling: ciertos canales de chat y páginas web donde se trabaja en silencio junto a desconocidos, cada uno a lo suyo pero notando de fondo la presencia ajena, como en una reunión infinita. Claude y ChatGPT se están desvelando como grandes ayudas a la hora de encontrar motivación: solo hay que pedírselo y, sorprendentemente, funciona.

Hay mucho de distracción en esta tendencia, porque consumir información sobre orden y productividad permite seguir postergando tareas un poco más. Pero su auge y el cambio de foco de los expertos a los creadores me parece significativo: nada más importante en esta sociedad del conocimiento que el misterio de la fuerza de voluntad humana y de las estrategias para doblegarla.



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