Una mexicana, en la antesala de la muerte
En enero se firmó la orden de ejecución y se programó para el 27 de abril. Familiares y activistas solicitan su libertad ante la Junta de Indultos y Libertad Condicional de Texas
CIUDAD DE MÉXICO
El 17 de febrero de 2007, la vida de Melissa Elizabeth Lucio, estadounidense de origen mexicano, cambió para siempre. Su hija de dos años, Mariah Álvarez, tomó una siesta y ya no despertó.
Las autoridades la acusaron de haberla golpeado hasta la muerte y fue sentenciada a muerte. Pero activistas y abogados afirman que la muerte de Mariah fue accidental y solicitan el perdón para Melissa, quien de otra forma será ejecutada en Texas el próximo 27 de abril.
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Tras detectar que la niña no respondía y no respiraba, la familia de Melissa llamó a emergencias. De acuerdo con la oficina del fiscal de distrito de la ciudad de Cameron, los paramédicos encontraron a la niña acostada boca arriba y con señales de abuso.
Le encontraron moretones dispersos, marcas de mordeduras y un brazo roto.