Qué se conjuntó para desatar el desastre
El patrón general permanece favorable para un año de tornados superior al promedio
Denver
Un patrón meteorológico del fenómeno de La Niña, el aire caliente y húmedo procedente de un Golfo de México inusualmente cálido —probablemente a consecuencia del cambio climático— y un desplazamiento de los tornados hacia el este de Estados Unidos que lleva décadas se conjuntaron para crear el sistema de tormentas inusualmente temprano y letal que azotó Alabama el jueves, dijeron meteorólogos.
Y podría ser el comienzo de un mal año de tornados, según teme un experto. Las primeras señales, que podrían cambiar, “indican que el patrón general permanece favorable para un año de tornados superior al promedio”, dijo Victor Gensini, profesor de meteorología de la Universidad del Norte de Illinois, que estudia los patrones de tornados.
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Gensini explicó que su preocupación se basa principalmente en patrones históricos y cambios en las condiciones atmosféricas que ocurren cuando La Niña, que es un enfriamiento natural de partes del Océano Pacífico que afecta al clima en todo el mundo, se disipa según se prevé que ocurra en unos pocos meses.
COMBINACIÓN
Para que los tornados se formen se necesitan dos ingredientes principales que a menudo no se encuentran a niveles suficientemente elevados al mismo tiempo: La inestabilidad tormentosa húmeda y la cortante de viento o cizalladura, que es una diferencia en las velocidades y direcciones del viento a diferentes altitudes.
En esta época del año, “la cizalladura está garantizada”, dijo Harold Brooks, científico sénior del Laboratorio Nacional de Tormentas Severas de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés). “Lo que pasa es que cuando tienes humedad puedes tener un sistema (de tormentas). Ese es el ingrediente que suele faltar en esta época del año”.
El frente frío seguía una ondulación clásica en la corriente en chorro —los ríos atmosféricos que mueven los sistemas climáticos—, vista en los inviernos de La Niña, explicó Gensini. Los inviernos de La Niña tienden a producir más tornados, y la NOAA dijo esta semana que las cifras preliminares muestran 1.331 tornados en 2022 —que fue un año de La Niña—, un 9% más que el promedio.
“Si vas a tener tornados en enero, este es el tipo de configuración que los va a producir”, agregó Gensini.
No obstante, sin humedad no hay tornados.
AIRE HÚMEDO CALIENTE
El nivel de humedad en el aire de Alabama era de aproximadamente el doble de lo que debería ser en esta época del año, y más similiar al de mayo en el Tornado Alley (Callejón de los Tornados), una región que va desde Texas hasta Dakota del Sur conocida por ser propensa a los tornados, explicó Gensini. Eso es más que suficiente para que haya uno.
El aire húmedo y cálido proviene del Golfo de México, y “esa es una señal de cambio climático”, señaló.
Gensini señaló hacia una pantalla de computadora que mostraba las mediciones de la NOAA de la temperatura del agua en todo el Golfo de México y puntualizó: “Mira ese número. 70 (Fahrenheit, 21 grados Celsius). 70. 70. Eso es ridículo. Eso está muy por encima del promedio” para esta época del año. Esa agua tibia cercana incrementó la humedad en el aire.
“Este es en gran medida un tipo de sistema de La Niña que uno esperaría, pero está siendo incrementado por temperaturas anormalmente cálidas en la superficie del mar del Golfo de México”, dijo Gensini.
El aire húmedo y cálido choca con el frente frío y sube como una rampa, y en la mezcla que se forma empiezan los tornados, agregó.
LLEGAN AL ESTE
En las últimas décadas ha surgido un nuevo patrón de actividad de tornados.
Hay menos tornados en el Callejón de los Tornados y más de ellos al este del río Mississippi en el sureste, según halló un estudio de 2018 realizado por Gensini y Brooks.
La actividad de los tornados está aumentando más en Mississippi, Arkansas, Tennessee, Luisiana, Alabama, Kentucky, Missouri, Illinois, Indiana, Wisconsin, Iowa y partes de Ohio y Michigan. La mayor caída en el número de tornados ha ocurrido en Texas, pero incluso a pesar de la disminución, en ese estado todavía se producen la mayor cantidad de tornados en todo Estados Unidos.
Gensini dijo que su laboratorio trabajará este verano para tratar de averiguar el porqué de ello.
MÁS VULNERABILIDAD
Un efecto secundario desagradable de que los tornados estén desplazándose más hacia el este es que se mueven de áreas menos pobladas a otras más llenas de gente, dijeron Brooks y Gensini.
En el Callejón de los Tornados, un tornado puede recorrer kilómetros y kilómetros y no golpear a nada ni a nadie y, por lo tanto, no ser un problema, agregó Brooks. Pero ese no es realmente el caso en el este de Estados Unidos. Hay personas y construcciones en su camino.
Y las personas en el camino son más vulnerables.
“Hay más pobreza en el sureste, hay una mayor población que vive en casas móviles”, que son uno de los lugares más peligrosos para estar durante un tornado, dijo Brooks.
Además, debido a las trayectorias de las tormentas, o las rutas que siguen las tormentas debido al viento y las condiciones climáticas, cuanto más al este golpean los tornados, más probabilidades hay de que azoten más tarde en el día e incluso en la noche, cuando las personas están dormidas o no escuchan las advertencias, dijo Gensini.