Ataque racista en Walmart de Texas: Abraza al hombre que asesinó a su hermano
La mujer no alzó la voz ni lo repudió, en cambio, le dijo que lo perdonaba mientras Patrick Crusius estaba esposado
Adriana Zandri, viuda de Iván Manzano, que murió durante un tiroteo en una tienda de Walmart, abraza al acusado Patrick Crusius durante una audiencia.
EL PASO, Texas.- Cuando se dirigió al hombre armado que mató a su hermano y a otras 22 personas, Yolanda Tinajero no alzó la voz ni lo repudió por su ataque racista en un Walmart en 2019. En cambio, le dijo el martes que lo perdonaba y que deseaba poder darle un abrazo.
El juez, en un giro sorprendente en una sala de tribunal de El Paso, le permitió hacerlo.
Su breve abrazo —mientras Patrick Crusius aún estaba esposado— fue uno de los muchos momentos cargados de emoción durante dos días de impactantes declaraciones dadas por los familiares de las víctimas y los sobrevivientes.
Algunos describieron su dolor y devastación, mientras que otros le aseguraron que la comunidad había respondido a su odio con amor y unidad. Más tarde, otra persona también abrazó al hombre que se declaró culpable en uno de los tiroteos masivos más mortíferos de Estados Unidos.
Crusius, un desertor universitario de raza blanca, había publicado en internet un manifiesto sobre una invasión hispana de Texas y posteriormente comenzó a disparar un rifle estilo AK en la tienda ubicada cerca de la frontera entre Estados Unidos y México el 3 de agosto de 2019. Crusius no se dirigió a las familias y sobrevivientes en su audiencia de declaración de culpabilidad el lunes. Cumplirá múltiples cadenas perpetuas tras declararse culpable de asesinato punible con la pena de muerte y 22 cargos de agresión agravada con un arma mortal.
"Te habríamos abierto nuestras puertas para compartir una comida, desayuno, almuerzo o cena, al estilo mexicano, para que entonces tus feos pensamientos sobre nosotros que te han inculcado se hubieran transformado", le dijo Tinajero.
Tinajero contó que su hermano, Arturo Benavides, de 60 años, era una "persona amable y de buen corazón", cuya esposa durante más de 30 años está con el corazón roto por su pérdida.
"Ahora ella vive sola en su hogar lleno de recuerdos que no puede olvidar", dijo.
"Siento en mi corazón abrazarte muy fuerte para que puedas sentir mi perdón, especialmente mi pérdida, pero sé que no está permitido", dijo Tinajero. "Quiero que veas y sientas a todos nosotros que hemos sido impactados por tus acciones".
Más tarde, el juez le preguntó: "Señora, ¿realmente le traería paz y consuelo si pudiera abrazarlo?"
"Sí", respondió ella.
Su hija, Melissa Tinajero, dijo a los periodistas: "No sé cómo pudo hacerlo. Yo no podría hacer eso. Pero ella le mostró algo que él no pudo mostrar a sus víctimas".
"Una sobreviviente, no una víctima"
Stephanie Melendez le dijo a Crusius que no quería dirigirse a él, sino leer una carta a su padre David Johnson, de 63 años, quien fue asesinado cuando protegió a su esposa y a su nieta de 9 años en el tiroteo.
Melendez agradeció a su padre por hacerla estudiar, darle un toque de queda y decirle cuando tenía 16 años que necesitaba conseguir un trabajo.
"Me convertiste en la mujer fuerte que soy hoy", dijo.
Su hija, Kaitlyn Melendez, ahora de 14 años, le dijo a Crusius: "Soy una sobreviviente, no una víctima".
"Voy a salir por estas puertas y seguir adelante con mi vida y no dejar que me atormentes más".
"Una desgracia para la humanidad"
Dean Reckard, cuya madre Margie Reckard, de 63 años, perdió la vida en el tiroteo, expresó ira y perdón al dirigirse a Crusius.
"Eres una desgracia para la humanidad y para tu familia", afirmó Reckard, agregando que espera que Crusius se despierte cada mañana deseando estar muerto.
Pero Reckard también dijo que perdonaba al hombre armado que pasará el resto de su vida tras las rejas.
Te habríamos abierto nuestras puertas para compartir una comida, desayuno, almuerzo o cena, al estilo mexicano, para que entonces tus feos pensamientos sobre nosotros que te han inculcado se hubieran transformado. -YOLANDA TINAJERO / Hermana de una de las víctimas