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Aterradora incertidumbre en EU

Minutos después del tiroteo, la desinformación empezó a volar con una avalancha de especulaciones, conjeturas y el polarizado clima político

La bandera de Trump 2024 se iza fuera de la Torre Trump, el domingo 14 de julio de 2024, en Nueva York.Aterradora incertidumbre en EU

Pocos minutos después del tiroteo, el intento de asesinato del expresidente Donald Trump generó un sinfín de afirmaciones —algunas extravagantes, otras contradictorias— que reflejaron la aterradora incertidumbre del momento, así como el febril y polarizado clima político de Estados Unidos.

La avalancha de especulaciones y conjeturas generada, a medida que los estadounidenses recurrían a Internet en busca de noticias sobre el tiroteo, es el último indicio de cómo las redes sociales se han convertido en una fuente dominante de información —y desinformación— para muchas personas, y en un factor que contribuye a la desconfianza y a las convulsiones que ahora imperan en la política estadounidense.

Las menciones sobre Trump en las redes sociales se dispararon hasta 17 veces el promedio diario en las horas posteriores al tiroteo, según PeakMetrics, una empresa cibernética que da seguimiento a las narrativas online. Muchas de esas menciones eran expresiones de solidaridad con Trump o llamados a la unidad. Pero muchas otras hacían afirmaciones infundadas y fantasiosas.

"Vimos cosas como ´los chinos estuvieron implicados´, o ´el movimiento Antifa (antifascista) estuvo implicado´, o ´el gobierno de Biden lo hizo´. También vimos afirmaciones de que la Convención Nacional Republicana estaba implicada", dijo Paul Bartel, analista de inteligencia de PeakMetrics. "Todo el mundo especula. Nadie sabe realmente lo que está pasando. Se conectan a internet para intentar averiguarlo".

A continuación, un repaso a las afirmaciones que surgieron en la red tras el tiroteo:

Afirmaciones de una operación interna o de bandera falsa carecen de fundamento

Muchas de las afirmaciones más engañosas que surgieron inmediatamente después del tiroteo trataban de culpar a Trump o a su oponente demócrata, el presidente Joe Biden, del ataque.

Algunas voces de la izquierda proclamaron rápidamente que el tiroteo era una bandera falsa urdida por Trump, mientras que algunos partidarios de Trump insinuaron que el Servicio Secreto no protegió intencionadamente a Trump por orden de la Casa Blanca.

El Servicio Secreto desmintió el domingo las afirmaciones que circulan en las redes sociales de que el equipo de campaña de Trump había pedido más seguridad antes del mitin del sábado y se le había negado.

"Esto es absolutamente falso", escribió el domingo en X el portavoz de la agencia, Anthony Guglielmi. "De hecho, hemos añadido recursos de protección y tecnología y capacidades como parte del aumento del ritmo de los viajes de campaña".

Los videos del tiroteo fueron rápidamente diseccionados en cámaras de resonancia partidistas, y los partidarios y detractores de Trump buscaban pruebas para apoyar sus creencias. Los videos que mostraban a los agentes del Servicio Secreto alejando a los miembros del público de Trump antes del tiroteo se ofrecieron como prueba de que se trataba de una operación interna. Las imágenes del puño en alto de Trump, desafiante, se utilizaron para afirmar lo contrario: que todo el acto había sido escenificado por Trump.

LA VIOLENCIA COMO TÁCTICA

Sus mentiras sobre las elecciones de 2020 y la petición a sus partidarios a "Luchar con todo" precedieron al ataque del 6 de enero de 2021 en el Capitolio, que provocó su segundo juicio político acusado de incitación a la insurrección. Trump también se burló del ataque con martillo que causó una fractura de cráneo a Paul Pelosi, de 80 años, marido de la expresidenta de la Cámara de Representantes.

Las encuestas revelan que los estadounidenses rechazan abrumadoramente la violencia como forma de resolver las diferencias políticas, pero la retórica exaltada de los candidatos y las redes sociales puede motivar a una pequeña minoría de personas a pasar a la acción, dijo Sean Westwood, politólogo que dirige el Polarization Research Lab, en el Dartmouth College.