Prohibirán piropos para frenar acoso
Congreso de Tamaulipas acepta iniciativa para reformar el Código Penal y sancionar conductas que violenten la libertad de movimiento y tránsito de las personas
La iniciativa tiene el interés de sancionar el hostigamiento sexual.
Para erradicar el acoso en las calles, el Congreso local dio entrada a una iniciativa para sancionar con seis meses a un año de cárcel a quienes lancen piropos en la vía pública.
Se busca reforma el Código Penal del estado para tipificar el acoso sexual callejero como delito. Con esta modificación, aquellas personas que incurran en conductas como lanzar piropos, silbar, mirar de forma insistente o realizar comentarios de connotación sexual en espacios públicos, corren el riesgo de ir a prisión.
La iniciativa fue presentada por la diputada local de Morena, Lucero Deosdady Martínez López, y contempla agregar un párrafo al Artículo 276 quater, el cual señala que comete delito de acoso sexual callejero "Quien en un espacio público manifieste, a través de comentarios, gestos, silbidos, miradas insistentes, persecuciones y otros comportamientos no deseados de contenido sexual, violentando la libertad de movimiento y tránsito de las personas".
En tanto, el Artículo 276 quater establece que "Al responsable del delito de acoso sexual y acoso sexual callejero se le impondrá una pena de seis meses a un año de prisión y multa de cincuenta a trescientas veces el valor diario de la Unidad de Medida y Actualización", es decir, pagaría una multa de 3 mil 392 pesos.
En 2024 se registraron 223 denuncias por acoso y hostigamiento sexual en Tamaulipas, cifra que superó las 180 denuncias contabilizadas en 2023.
De acuerdo con la diputada, esta medida surge en respuesta a una realidad preocupante, pues el acoso callejero es una de las formas de violencia de género más extendidas y normalizadas en la sociedad.

Ocurre en espacios públicos y suele ser perpetrado por personas desconocidas, generalmente hombres hacia mujeres, y se puede manifestar de diferentes formas, como piropos, silbidos, miradas lascivas, fotografías o videos sin consentimiento, tocamientos e incluso persecuciones.
Pero no sólo las mujeres son víctimas, también lo son personas que enfrentan múltiples formas de discriminación por motivos de raza, país de origen, religión, discapacidad o clase social.
"Todas estas acciones buscan ejercer poder y control sobre la víctima afectando su bienestar y limitando su libertad de movimiento," destaca el texto de la propuesta.
Además del espacio público, como calles y parques, este tipo de violencia se extiende a lugares como centros comerciales, universidades y el transporte público, dificultando la movilidad cotidiana, especialmente de mujeres y niñas.
De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2022 (INEGI), el 45.6% de las mujeres mexicanas ha sido agredida al menos una vez en espacios públicos. De esas agresiones, el 42% fueron de tipo sexual.
La mayoría ocurrieron en calles y parques (64.8%), mientras que un 17.8% fueron registradas durante traslados en transporte público. Un dato alarmante es que más del 70% de los agresores eran desconocidos.
El impacto psicológico del acoso no es menor, pues las víctimas pueden experimentar ansiedad, miedo a agresiones sexuales y una disminución significativa de su autoestima.
Pese a su gravedad, el acoso callejero ha sido históricamente minimizado por la sociedad y las instituciones, dificultando su visibilización como una forma legítima de violencia de género.
"El acoso callejero es una cuestión de derechos humanos porque limita la capacidad de las víctimas de salir en público, especialmente a las mujeres," puntualiza el dictamen aprobado.
Con esta reforma, Tamaulipas se suma a entidades como la Ciudad de México y Guerrero, donde ya existen sanciones específicas contra esta conducta. En dichos estados, las penas pueden incluso duplicarse si el agresor es reincidente, si participa en grupo o si se trata de un servidor público.