Escala Saffir-Simpson: Clasificación de Huracanes

El huracán Milton, actualmente de categoría 4 en la escala Saffir-Simpson, ha encendido las alarmas en la Península de Yucatán, aunque solo sus bandas nubosas han alcanzado la región. La escala Saffir-Simpson, utilizada para clasificar huracanes en función de la velocidad del viento, es crucial para evaluar el impacto potencial de estos fenómenos.

A medida que el ciclón se acerca, es importante entender cómo esta escala mide la severidad de los huracanes y los efectos devastadores que pueden causar, especialmente cuando alcanzan niveles altos como el de Milton.

¿Qué es la escala Saffir-Simpson y por qué es importante?

La escala Saffir-Simpson es una clasificación que mide la intensidad de los huracanes basándose en la velocidad del viento sostenido. Esta herramienta fue creada en la década de 1970 por el ingeniero Herbert Saffir y el meteorólogo Robert Simpson, con el fin de evaluar el daño potencial que un huracán puede causar en una región determinada.

Según el Centro Nacional de Huracanes (NHC), la escala divide los huracanes en cinco categorías, donde los vientos más intensos pueden provocar daños catastróficos.

Aunque todos los huracanes pueden representar una amenaza, los que alcanzan categorías de 3 a 5 son considerados de gran intensidad, capaces de devastar amplias zonas. Sin embargo, es importante destacar que la escala Saffir-Simpson solo mide la fuerza del viento, por lo que no considera otros factores, como las mareas de tempestad o las inundaciones, que también pueden tener consecuencias graves durante estos fenómenos.

¿Cuáles son las categorías de la escala Saffir-Simpson?

La escala cuenta con cinco niveles, donde el daño incrementa exponencialmente con cada categoría:

Categoría 1: Huracanes con vientos entre 119 y 153 km/h. Los daños suelen ser moderados, afectando principalmente techos y árboles grandes. La infraestructura y la vegetación se ven levemente comprometidas.

Categoría 2: Vientos de entre 154 y 177 km/h. Este nivel ya implica daños significativos, especialmente en los tejados de las viviendas. Las caídas de árboles y postes eléctricos suelen interrumpir el suministro eléctrico durante días o semanas.

Categoría 3: Huracanes con vientos entre 178 y 208 km/h. Los daños son devastadores, afectando incluso las casas mejor construidas. Además, los servicios básicos como agua y electricidad pueden estar fuera de servicio por semanas.

Categoría 4: Con vientos entre 209 y 251 km/h, estos huracanes generan daños catastróficos. Las casas pueden perder techos y paredes exteriores, mientras que la mayor parte de la infraestructura eléctrica es destruida, dejando áreas completamente aisladas.

Categoría 5: Huracanes con vientos superiores a 252 km/h. Este nivel causa destrucción casi total, arrasando con techos, paredes y estructuras enteras. Las zonas afectadas pueden quedar inhabitables durante meses debido a la magnitud del daño.