×
buscar noticiasbuscar noticias

Cuéntame la Navidad: El regalo de las palabras

Generalmente se piensa que el taller de Santa sólo fabrica juguetes, y que los duendes le ayudan y...

Cuéntame la Navidad: El regalo de las palabras

Generalmente se piensa que el taller de Santa sólo fabrica juguetes, y que los duendes le ayudan y... en realidad, en el mundo hay muchos talleres de Santa, y sí que existe. Quienes lo niegan o lo miran con sarcasmo, ni entienden todo lo que hace ni comprenden la magnitud ni consistencia de los regalos que comparte.

Y es que Santa (cada Santa en el mundo) no fabrica sólo juguetes, tampoco es necesariamente un señor más bien pasado de peso que se sube a un trineo imposible y reparte miles de regalos en una sola noche. Existe, me consta, pero no es como lo pintan, tiene muchos rostros, muchas maneras de hacer regalos.

No les puedo hablar por todos los santas, no acabaría. Pero sí que les hablaré de lo que he experimentado en carne propia.

Hace años me especializaba en leer las cartitas de ciertos niños, los míos. Cuando se podía amanecían sus deseos en el árbol navideño, cuando no se podía me las arreglaba sin alborotar mucho la carencia.

Pasó el tiempo, esos niños crecieron, dejé de ser ese tipo de Santa, a la espera de que los infantes duerman para colocar los presentes con la sola intención de alegrar un poco la infancia. Durante algún tiempo descansé de mi tarea santística. Luego, fui requerida de nuevo (sí, soy "una" Santa, Santa puede ser quien quiera, porque ser Santa es ser alguien que gusta de dar presentes con alegría).

Ahora, mi taller de Santa no apunta a los juguetes, es un taller de cuentos, desde hace más de 15 años somos el taller de cuentos navideños del periódico Mural de Guadalajara. Y ya no atiendo las peticiones navideñas de esos tres infantes que nacieron de mi vientre (ahora ellos mismos son cada uno a su manera un nuevo Santa). Y sí, ciertamente tengo un taller lleno de duendes, pero no son carpinteros de títeres multicolores, se especializan en contar historias.

 El 2022 me enfermé, ¿acaso me dio vértigo el exceso de vuelo?, no lo sé. La cuestión es que el año pasado nuestro taller de cuentos permaneció en silencio, el periódico Mural no contó cuentos navideños en estas fechas. Ahora me entero: mucha gente los extrañó. Por eso, aunque sigo con mareos de tanto volar y volar me apresto, y, ante el llamado de los emisarios del periódico, vuelvo a las andadas: abro el taller, me pongo los lentes, incito a la imaginación, convoco algunos duendes. Y nos preparamos para ser de nueva cuenta palabra navideña, palabra dadora de gracia, dadora de entendimiento. Santa no tiene que ser literalmente un señor mayor, de barba blanca, gordito acompañado de su mundialmente conocida parafernalia. Santa somos cada uno de nosotros, Santa siempre es alguien que goza intensamente con dar o volverse don que caliente los corazones del frío.

 

  •  


DEJA TU COMENTARIO