Octavio Paz y las entrevistas
El primer entrevistado de ‘The Paris Review’ en el apartado de literatura en español fue Borges. Después llegaron Neruda, Cela, Fuentes, Cortázar...
Un vistazo al archivo de entrevistas de The Paris Review, que, disponible en su web, suma cerca de 500, permite seguir algunas modas y ver quién ha sido quién en el mundo literario desde mitad del siglo XX. La revista ha seleccionado a los autores en función de los gustos de sus editores y estos se orientaban mayormente hacia hombres blancos. Eso explica que autoras asentadas en los cincuenta como Daphne du Maurier, Nancy Mitford o Elizabeth Jane Howard no fueran entrevistadas y que no haya tantos autores afroamericanos, aunque lo cierto es que éstos tenían poca visibilidad y más dificultades para publicar. Otro de los factores a tener en cuenta al buscar a los que faltan es que la entrevista suele hacerse cuando el prestigio de un escritor ya está fuera de duda, y esto tiende a ocurrir cuando son mayores, pero no deben serlo demasiado para que puedan recordar y hablar durante horas. Joan Didion ha sido entrevistada dos veces —en 1978 y en 1996— y bajo dos epígrafes: ‘El arte de ficción’ y ‘El arte de la no ficción’.
Mario Vargas Llosa (1990) y Javier Marías (2006) son los dos únicos escritores en español vivos cuyas entrevistas están incluidas entre las 100 que publica Acantilado. Octavio Paz (1991), Jorge Semprún (2007), Gabriel García Márquez (1981) —antes de recibir el Nobel, pero después de Cien años de soledad, que le dio una fama que lamenta en la entrevista— y Guillermo Cabrera Infante (1983) completan la selección. Este último habla con admiración de un censor español que puso al final de una de sus novelas la frase “ya no se puede más”: “¿Quién podía pedir un final mejor?”. Marías, por su parte, asegura que jamás le ha preocupado ser original —”intentar ser original es muy peligroso”— y Paz recuerda una fiesta en casa del surrealista Robert Desnos a la que fue con Alejo Carpentier. Cuando preguntó qué eran unos bonitos objetos japoneses que resultaron ser godemichés (consoladores), comprendió “hasta qué punto era un provinciano”.
Enrique Vila-Matas, que realizó la charla en francés, castellano e inglés “ocasional”, corrigió el texto durante año y medio.
Fuera de esta lista quedan Elena Poniatowska (2018) y Enrique Vila-Matas, cuya entrevista acaba de ser publicada en el número de otoño de 2020. El autor de El mal de Montano se encontró con estas charlas con escritores en la edición de Kairós de los años ochenta. “Bastantes son autorretratos y entrevistas canónicas que nadie ha superado”, explica. “Algunas me las sé casi de memoria, como las tan famosas de Faulkner y Hemingway. O —más reciente— la del enigmático húngaro László Krasznahorkai”. ¿Cuánto tiempo le llevó corregir las distintas versiones? “Un año y medio. La entrevista se realizó durante dos largas sesiones en Barcelona. Hablamos en una mezcla de francés, español e inglés ocasional”. ¿Esa charla es material de ficción? “Es lo que seguramente hemos llevado a cabo al buscar con tantos idiomas y reescrituras: crear una nueva proyección de lo real”.