Domingo Cultural

"El nacionalismo es una ficción"

Javier Cercas, autor de ´Soldados de Salamina´ se convierte en el quinto escritor español entrevistado en 70 años por la revista neoyorquina que orienta el canon contemporáneo
  • Por: Paco Cerdá
  • 22 / Septiembre / 2024 -
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"El nacionalismo es una ficción"

Javier Cercas, escritor, fotografiado en su casa en 2023.

Da igual que Javier Cercas haya accedido al Olimpo de la revista literaria neoyorquina The Paris Review en una de sus extensas y míticas entrevistas, publicada en su número de otoño. Poco importa que así ingrese en el canon contemporáneo que ha distinguido a Faulkner, Borges, Cortázar, Oates, Carver, Didion, Kundera, DeLillo, Vargas Llosa, Banville, Auster, Eco, Mailer, Murakami, Pamuk, Carrère, Gornick, Haneke o Kertész. Qué más da que se convierta en el quinto escritor español que en setenta años ha recibido ese honor, junto con Marías, Cela, Semprún y Vila-Matas.

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Nada de todo eso le hubiera consolado cuando a los 14 años se enamoró perdidamente de una chica en su pueblo extremeño de la infancia, Ibahernando, y volvió a casa sin ella y con el corazón roto. "Estaba, como puede imaginarse, desesperado. Quería ahorcarme en la torre de la catedral de Girona. La situación era muy grave, así que fui a buscar el libro más serio que encontré, que resultó ser San Manuel Bueno, mártir, de Miguel de Unamuno", cuenta Cercas en la entrevista. Con la lectura de ese libro dejó de creer en Dios y empezó –junto al tabaco, la cerveza y el caos mental– a creer en la literatura. Así ha llegado a The Paris Review.

La entrevista de treinta páginas, que firma el escritor Andrés Barba, muestra la cara más humana, incluso vulnerable, de aquel niño de cuatro años que el día de los Santos Inocentes de 1966 llegó con maletas y familia a la estación de Girona, a casi mil kilómetros del pueblo donde nació. Empezaba una nueva vida. No fue fácil. "Sospecho que en todo escritor hay un desarraigo inicial, un desequilibro, y para mí ese sentimiento se convirtió en permanente", afirma Cercas. Ser o no ser catalán, por ejemplo. Pertenecer a dónde, por ejemplo. En esas encrucijadas, la literatura fue un asidero. Siempre estuvo ahí. Aunque a veces el asidero ardiera.

De pequeño llenaba cuadernos sin tener ni idea de lo que escribía, como aguijoneado por un impulso físico. Poco a poco recurrió a la literatura para encontrar fuerzas. Los referentes se fueron sucediendo: Borges, Kafka, Calvino, Cortázar, Dostoievski, Kundera, John Barth, Donald Barthelme, Robert Coover, Irving, John Hawkes, William Gaddis. La literatura también le dio un empleo y una vida que parecían definitivos: profesor universitario de Literatura española.

Pero la misma literatura que lo salvó lo devolvió al desequilibrio.

Fue con Soldados de Salamina. Sus tres libros anteriores habían vendido unos 500 ejemplares. Del siguiente, Soldados de Salamina, pronto se vendieron más de un millón; ya lleva casi dos millones. Un boom. Lo tradujeron a una veintena de idiomas y David Trueba lo hizo volar en el cine. Y la vida le cambió.

—Pasé de ser un completo anónimo a sentirme vigilado todo el tiempo. Nunca había tenido enemigos y, de repente, empecé a hacerme enemigos por todas partes. Gente que actuaba como si me hubiera vendido. Llegué a sentir que no podía confiar en nadie, que ese mundo era más bien falso, y por desgracia sigo sintiéndome así. El infierno, para mí, es una fiesta literaria. Entiéndeme: me gusta hablar cara a cara con la gente, pero si voy a una velada literaria salgo sucio y borracho. De hecho, me hice alcohólico para lidiar con ese malestar mío; ahora ya no bebo.


Catalizador de un movimiento

Hay dos cuestiones en torno a su gran libro que Cercas subraya en las páginas de The Paris Review. Una es que "sirvió de catalizador para todo un movimiento" –el de la memoria y la guerra civil–. De hecho, la revista subraya en su entradilla que "Soldados de Salamina tuvo el mérito indirecto de proporcionar la base para la Ley de Memoria Histórica de España, que ha llevado al cambio de nombre de calles y plazas españolas, la exhumación de las fosas comunes de las víctimas de la represión franquista y la restauración de la ciudadanía para los descendientes de quienes fueron exiliados bajo la dictadura". La otra cuestión que puso de relieve la novela, y esto lo reivindica el propio Cercas en la entrevista, es que "los muertos no mueren del todo mientras alguien los recuerde, y que la memoria es el cielo para aquellos que no creen en el cielo". Algo así como el reino de la vida eterna.



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