Domingo Cultural

El artista desconocido más famoso del mundo

Visitamos el archivo del pintor e ilustrador Abdul Mati Klarwein, un genio multidisciplinar autor de portadas como ‘Abraxas’ de Santana y que prefirió la vida plena a la fama
  • Por: Josep Massot
  • 23 / Agosto / 2020 -
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El artista desconocido más famoso del mundo

Mati Klarwein (derecha), con Stella Starlight y Jimmy Hendrix.Caterine Milenaire

Abdul Matias Klarwein (Hamburgo, 1932- Deià, 2002) decía que era el artista desconocido más famoso del mundo. 

Lo pudo comprobar en los años setenta. La galería Marlborough le había ofrecido exponer en Londres, pero él prefirió mantener su proyecto de filmar en Níger. 

Su todoterreno se accidentó en el desierto y los ocupantes del camión que se acercó al vehículo averiado no tenían la intención de socorrerle. Le salvó una foto de la portada de Abraxas de Carlos Santana e identificarse como autor de la pintura. 

El álbum ahora cumple 50 años, como otro cuya imagen es obra también de Klarwein, Bitches Brew, de Miles Davis, un hito que revolucionó para siempre el jazz. Son conocidas sus carátulas de Beck, Buddy Miles, The Last Poets o Jerry Garcia, pero pocos han visto sus pinturas, buena parte de ellas realizadas en Deià, Mallorca. Dos de sus hijos, el cineasta Balthazar y la productora multimedia Sérafine, se han prestado a abrir su archivo, con diarios y dos libros inéditos, collages, dibujos, aforismos, proyectos, reflexiones y el relato de su vida nómada.

Mati Klarwein no tuvo que aprender a ser apátrida. Su padre era un arquitecto polaco, refugiado en Alemania tras los pogromos de 1905. En 1934 huyeron de Hamburgo, esta vez de los nazis, para instalarse en la frontera de Palestina con Líbano, donde una sola calle contenía 2.000 años de historia viva de cristianos, judíos y musulmanes. “En la escuela”, dicen Balthazar y Sérafine, “iba con alumnos judíos, pero sus amigos eran palestinos. Durante la guerra de 1948 fue movilizado con 16 años para camuflar carros de combate, una experiencia clave para entender su pacifismo”. Si su padre había cambiado su nombre, Ossip, Josef, Yosef, al hilo de las migraciones, él se añadiría el de Abdul en su creencia de que todos los judíos deberían llevar un nombre árabe y los palestinos un nombre hebreo. No obtuvo su primer pasaporte, francés, hasta 1965, gracias a André Malraux.

Tras la creación de Israel, sus padres se trasladaron a París, donde Mati estudió en la Académie Julian con Léger. Conoció a Boris Vian, Tristan Tzara, Dalí y sobre todo al austriaco Ernst Fuchs, quien le enseñó a usar la técnica mixta, adecuada para sus cuadros hiperrealistas con un eco daliniano y una lectura de la negritud que no es ajena a la estética de estrellas del pop actuales como Beyoncé o Erykah Badu. Su pintura se transformó tras visitar India en 1961 con Kitty Lillaz, una coleccionista 20 años mayor que le costeaba sus viajes exóticos. Fue cuando surgió su arte visionario realizado con la minucia de Vermeer o el abigarramiento de un Bosco hindú. Sus obras se erotizaron y se poblaron de colores e iridiscencias, figuras africanas, indias, árabes, occidentales, una religiosidad del conocimiento interior y de la unidad de todos los seres en el mismo cosmos.

A finales de los años cincuenta descubrió Deià. “Un día”, dice Sérafine, “le llegó un paquete enviado por Timothy Leary, difusor del LSD, con cuatro pastillas de azúcar. Se las tomó, pero él no pintaba bajo el efecto de las drogas”. En sus idas y venidas a Deià, París y Nueva York pintó dos de sus obras más célebres. Los diarios muestran que en su origen eran una sola. En la primera, La Anunciación (1961), pasa de un ángel castamente arrodillado a un serafín femenino con las congas lascivamente entre las piernas señalando la letra Aleph (el inicio) a una erótica virgen negra. En lugar de los tres reyes, tres danzarines wonaabe, la tribu polígama de Níger en la que los hombres bailan para que las mujeres elijan pareja. Una jungla de frutas y vegetación refuerza la idea de fertilidad. Debajo de las congas aparece la cala de Deià tal como Klarwein (que se autorretrata) la veía. En 1970 Santana descubrió el lienzo en una revista y lo quiso para Abraxas. 

Grano de arena está basada en un poema de Blake: “Para ver un mundo en un grano de arena/ y un cielo en una flor silvestre/ sostén el infinito / en la palma de tu mano/ y la eternidad en una hora”. “Quería pintar”, dijo Klarwein, “un cuadro que pudiera colgar en la pared de cualquier manera, un universo giratorio sin arriba ni abajo. Lo proyecté como una comedia pintada como una rueda de la vida tibetana con mil personajes: Marilyn Monroe, Anita Ekberg, Ray Charles.

El artista desconocido más famoso del mundo

La obra ‘New York Angel’, de Marti Klarwein (1965)

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