Diez escritores peruanos imprescindibles
Violencia e intimidad, historia y memoria. Costa, cordillera y selva. Las letras peruanas viven un momento de integración de nuevas voces en todos los géneros
Arriba, de izquierda a derecha, Karina Pacheco, Victoria Guerrero, Alexis Iparraguirre, Valeria Román Marroquín y María Belén Milla. Abajo, Jerónimo Pimentel, Rafael Dumett, Diego Trelles Paz, Katya Adaui y Richard Parra.
Violencia e intimidad, historia y memoria. Costa, cordillera y selva. Las letras peruanas viven un momento de integración de nuevas voces en todos los géneros
Karina Pacheco
Espíritus arcaicos y sociedad moderna
Antropóloga y prolífica escritora, Karina Pacheco cuenta con media docena de novelas y libros de narraciones cortas donde los espíritus del mundo arcaico resisten la embestida del pragmatismo cruel de la sociedad moderna. Es lo que ocurre en varios de los relatos de Lluvia (2018), bellísima reunión de cuentos surcada por un lirismo contenido y sugerente. La discriminación social y el conflicto armado interno son otros de sus leitmotivs, como constatamos en La voluntad del molle (2006), una de las novelas más notables de los últimos veinte años entre las que han aparecido en el país.
Victoria Guerrero
Poesía de acentos sociales
Puntal de la llamada generación poética del noventa, la obra de Victoria Guerrero está marcada por una notable evolución expresiva que halla sus picos en dos libros fundamentales, Ya nadie incendia el mundo (2005) y Berlín (2011). Ambos recogen las enseñanzas de la poesía de acentos sociales y de raigambre conversacional que ya en los setenta había implementado el Movimiento Hora Zero.
Alexis Iparraguirre.
Ciencia, distopías y apocalipsis
El fuego de las multitudes (2016), segundo libro firmado por Alexis Iparraguirre, no solo lo confirma como nuestro cuentista activo más depurado, sino como un original y versátil autor de ciencia ficción, género que en el Perú ha sido frecuentemente despreciado pese a exhibir figuras de la talla de Clemente Palma y José Adolph.
Valeria Román Marroquín.
El tronar de la carestía
Entiendo que a Valeria Román no le gusta que se incida en su corta edad, pero es realmente inusual la temprana madurez de esta joven de apenas 22 años, concretada en su último libro, ana c. buena, estupenda revitalización de la vertiente proletaria que en el Perú tiene notables cultores, desde el incombustible Leoncio Bueno hasta Cesáreo Martínez, héroe del panfleto coyuntural.
La escritora Maria Belén Milla.
Resonancias de la tradición
Otra de las nuevas voces de la poesía peruana que ha alcanzado una sorprendente madurez en su segundo libro, Amplitud del mito. Lejana a las habituales pretensiones juveniles de romper con el pasado a golpe de parricidios y estridencias, María Belén Milla cimenta su discurso —preciso, cadencioso, repleto de símbolos— en una tradición que conoce bien y de cuyas resonancias se sirve para edificar poemas en que la reflexión ante el proceso creativo, la autobiografía acosada por las estocadas de la muerte y una ironía terrenal deslumbrada de cuando en cuando por la música de las esferas marcan la pauta.
El autor peruano Jerónimo Pimentel.
Autor de soledades fecundas
Poeta del progreso y de la epifanía naturalista, Jerónimo Pimentel es un autor de soledades fecundas, de contemplaciones que encierran, latentes, la revelación y la catástrofe: nubes de abejorros como metáforas bélicas, planetas imaginarios donde el futuro humano se ausculta. Sus libros principales, Frágiles trofeos (2007) y Al norte de los ríos del futuro (2013, publicado en España por Ediciones Liliputienses), están construidos a través de un trazo cálido e inteligente que se decanta hacia la comprensión de un mundo cuyo funcionamiento es un milagro por asir.
Rafael Dumett
Ambiciosa novela histórica
Los avatares editoriales de El espía del Inca (2018), novela de Rafael Dumett, son en sí mismos dignos de una ficción: rechazada por las trasnacionales, su autor debió resignarse a publicarla en formato virtual, sin mayor respuesta. Hasta que, luego de unos años, fue contratado por un pequeño sello, Lluvia Editorial. Este año ha sido reeditado por Alfaguara. Desde entonces, su éxito ha sido fulminante y absoluto: los lectores han agotado edición tras edición y la crítica, casi sin excepciones, se ha rendido a sus pies, consagrándola como uno de los libros peruanos más importantes en lo que va del siglo.
Diego Trelles Paz
Violencia y humor con frescura
Polémico novelista, cuentista y ensayista cuya carrera literaria se inicia desde principios del 2000. De las novelas de Diego Trelles Paz, la más destacable es Bioy (2012). En ella concurren un innegable instinto narrativo que le permite tramos de fluidez y amenidad donde la violencia y el humor son plasmados con la frescura de quien posee oficio y forjados recursos. Por ejemplo, la oralidad jergal que ha aprendido de Oswaldo Reynoso y Vargas Llosa.
Katya Adaui
Demonios familiares sin concesiones
Pocos escritores de estos pagos han conseguido enrostrarnos los demonios familiares que compartimos como Katya Adaui. Sus cuentos —verdaderas piezas de relojería psicológica— abordan la crueldad materna, la desolación de los hijos y su abandono emocional, las heridas que se restañan hasta volver irrespirable toda atmósfera hogareña. Su libro más rotundo es Aquí hay icebergs (2017), que contiene quizá su mejor relato, ‘Todo lo que tengo lo llevo conmigo’ (cuyo título homenajea a Hertha Muller, con quien Adaui mantiene no pocas correspondencias estilísticas).
Richard Parra
Voz de los mártires de la modernidad
Richard Parra confiere voz a los desterrados por la historia, a los mártires de la modernidad. Sus aurorales novelas cortas, La pasión de Enrique Lynch y Necrofucker (2014) ilustraban con eficacia dos etapas del discurrir nacional en que los rebeldes resisten al orden establecido, condenados al fracaso; la épica -callejera, privada, emancipatoria- que toda inmolación conlleva es plasmada con un lúcido sentido de la tragedia.