Pide industria petrolera crear diques flotantes de protección
Port Arthur, Tx.
Mientras Estados Unidos planea nuevas defensas en contra de las tormentas y las marejadas, que se prevé lleguen con más fuerza debido al cambio climático, hay un proyecto que resalta de los demás:
Una ambiciosa propuesta para construir una “barra” de casi 96,5 kilómetros (60 millas) de rompeolas, barreras, compuertas flotantes y diques en la costa de Texas.
Al igual que otros proyectos costeros, este protegería residencias, ecosistemas delicados e infraestructura vital, pero también tiene otra prioridad: resguardar a algunas de las joyas de la corona de la industria petrolera, a la que se le responsabiliza de contribuir al calentamiento global y ahora quiere que el gobierno federal construya barreras para protegerse de ello.
El plan se enfoca en una franja costera que va desde los límites con Luisiana hasta los bastiones industriales al sur de Houston que albergan a algunas de las mayores concentraciones de instalaciones petroquímicas del mundo, incluyendo la mayoría de las 30 refinerías de Texas, que representan el 30% de la capacidad de refinación del país.
Texas busca obtener al menos 12.000 millones de dólares para la barra costera, y prácticamente todo procedente de fondos públicos. El mes pasado, el gobierno aprobó un pago inicial de 3.900 millones de dólares para tres proyectos más pequeños de barreras contra tormentas que protegerían específicamente a las instalaciones petroleras.
Las medidas se tomaron tras la llegada del huracán Harvey, que tocó tierra el 25 de agosto del año pasado e inundó Houston y parte de la costa, interrumpiendo temporalmente una cuarta parte de la capacidad de refinación de la zona y provocando que el precio promedio de la gasolina aumentara 28 centavos por galón a nivel nacional. Muchos republicanos arguyen que los proyectos petroleros de Texas deben ser prioridad en la agenda presupuestaria de Washington.
“Nuestra economía general, no solo en Texas, sino en todo el país, está en riesgo por la posibilidad de una enorme tormenta”, dijo Matt Sebesta, un republicano que, como juez del condado de Brazoria, supervisa una franja de la costa del Golfo.
Pero a muchos no les parece la idea de que los contribuyentes de todo el país paguen por proteger a las refinerías con valor de miles de millones de dólares, y en un estado en donde parte de la cúpula política aún disputa la validez del cambio climático.
PROPUESTA. El ingeniero residente Steve Sherrill, del Cuerpo de Ingenieros.