Editoriales

Sangre, sudor y lágrimas

  • Por: FORTINO CISNEROS CALZADA
  • 30 NOVIEMBRE 2018
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Sangre, sudor y lágrimas

El 13 de mayo de 1940, el recién nombrado premier de la Gran Bretaña, Wiston Churchill, inició su histórico discurso en la Cámara de los Comunes, diciendo: "Debemos recordar que estamos en las fases preliminares de una de las grandes batallas de la historia, que nosotros estamos actuando en muchos puntos de Noruega y Holanda, que estamos preparados en el Mediterráneo, que la batalla aérea es continua y que muchos preparativos tienen que hacerse aquí y en el exterior. En esta crisis, espero que pueda perdonárseme si no me extiendo mucho al dirigirme a la cámara hoy. Espero que cualquiera de mis amigos y colegas, o antiguos colegas, que están preocupados por la reconstrucción política, se hagan cargo, y plenamente, de la falta total de ceremonia con la que ha sido necesario actuar. Yo diría a la cámara, como dije a todos los que se han incorporado a este gobierno; no tengo nada más que ofrecer que sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor...".

Al paso del tiempo, la frase se ha resumido como señala el título de este texto. Como sea, el discurso de Churchill fue la inspiración para que los británicos y con ellos mucha gente de la Europa oprimida por el avasallador avance de las tropas de Hitler, se sintiera inspirada para resistir y dar la gran batalla en contra de la dominación nazi-fascista que iban por la Corona. Se le reconoce como artífice de la victoria aliada.

Su gran carisma, su notable habilidad política y, desde luego, su ingenio, fueron elementos que ayudaron para llevar adelante la hazaña de levantar la moral del ejército y del pueblo mismo. Logró que los británicos lucharan sin dar tregua con todo lo que tenían a la mano para impedir la ocupación de las islas británicas, que ya se veían en poder de las tropas alemanas, guiadas por el poderío aéreo y naval del Reich.

Winston Leonard Spencer Churchill, quien nació en el Palacio de Blenheim, en Oxfordshire, el 30 de Noviembre de 1874, no dijo a sus coterráneos que las batallas serían fáciles, que los alemanes no podían contra los británicos; por en contrario, les pintó un panorama real, en el que el triunfo tendría que ganarse palmo a palmo, con entereza, estoicismo y convicción. Sus historiadores hablan de sus yerros y aciertos.

Pero, quizá el mayor de ello fue haber hablado con la verdad, sin falsas promesas y con un solo objetivo. Aseguró que: "Tenemos ante nosotros una prueba de la más penosa naturaleza. Tenemos ante nosotros muchos, muchos, largos meses de combate y sufrimiento. Me preguntáis: ¿Cuál es nuestra política?. Os lo diré: Hacer la guerra por mar, por tierra y por aire, con toda nuestra potencia y con toda la fuerza que Dios nos pueda dar; hacer la guerra contra una tiranía monstruosa, nunca superada en el oscuro y lamentable catálogo de crímenes humanos. Esta es nuestra política".

Mañana, México ingresa a una nueva etapa como nación independiente. La tiranía del capitalismo salvaje, el despotismo de los potentados que integran la mafia del poder, los poderes fácticos, los poderosos intereses creados, en fin, todos los que han contribuido a que la gran nación mexicana se encuentre postrada y depauperada, habrán de sacar las garras para proteger sus lucrativos beneficios de todo género.

Mañana inicia la Cuarta Transformación; pero, como ocurrió antes, los explotadores, los usureros, los corruptos no soltarán prenda por la buena; tendrá que librarse una dura batalla para restablecer el estado de derecho y curar al Anáhuac del terrible cáncer de la corrupción que corroe sus entrañas. Como Churchill, el nuevo régimen no ofrece otra cosa que un largo sacrificio para lograr limpiar la casa. Como dijo Churchill: "Me preguntáis; ¿Cuál es nuestra aspiración? Puedo responder con una palabra: Victoria, victoria a toda costa, victoria a pesar de todo el terror; victoria por largo y duro que pueda ser su camino; porque, sin victoria, no hay supervivencia".


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