¿Confrontación o cooperación?

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump afirmó ayer que tiene un Plan B por si acaso los demócratas en el Congreso le niegan los 5 billones de dólares que está requiriendo para la construcción del muro en la frontera con México. Textualmente, señaló que: "Necesitamos los votos demócrata para el muro. Ahora, si no los tenemos, yo podría conseguirlos de otra manera. Hay otras formas posibles que puedo hacerlo".

Luego, hizo referencia a la presencia de los militares estadounidenses, de quienes se dice que dispararon balas de goma y gas lacrimógeno, y a los tendidos de cercas con filo de hoja de afeitar, que son prácticamente insalvables. El presidente Trump ha desplegado aproximadamente 5,800 militares en la frontera con México y más de 12 millas de cerca filosa en las últimas semanas, incluyendo en el cruce de San Ysidro, Cal.

Pero, el punto toral es que las dramáticas escenas de migrantes tratando de llegar a la frontera estadounidense desde Tijuana, ha servido para justificar el muro y el posible cierre de fronteras. Dijo que: "Desesperadamente necesitamos el muro creo que se ha demostrado mejor en el último periodo de dos semanas, que necesitamos esa pared. Veo que los demócratas van a resistir. Las fotos son muy malas para los demócratas".

Cerrar el gobierno federal y acrecentar la presencia de militares en la frontera, demás de seguir con el tendido de cerca metálica de púas, es el Plan B del presidente si no logra, para la primera semana de diciembre obtener los fondos que requiere para el muro que se ha convertido en una especie de blasón de su gobierno desde la campaña.

Pero, ¿qué tan conveniente es el muro y cuáles serían las consecuencias de su erección en la parte norteamericana de la línea divisoria de 3,500 kilómetros de largo, desde el Pacífico hasta el Atlántico? Existen muchos criterios al respecto; sin embrago, el que puede ser el estudio más completo y certero es el Reporte del Estado de la Frontera, una iniciativa de la Alianza para Estudios Transfronterizos conformada por el Centro Norteamericano de Estudios Transfronterizos de la Universidad Estatal de Arizona, El

Colegio de la Frontera Norte y el Instituto México del Centro Woodrow Wilson, de Washington.

En su presentación dice que se trata de: "Una región poco comprendida, con grandes retos, pero con un potencial aún mayor. Aunque a menudo es caracterizada como una fuente de amenazas y vulnerabilidades en materia de seguridad, la frontera entre México y Estados Unidos es también una frontera moderna, con inmensas oportunidades. La unión y en muchos sentidos, el traslape de dos grandes países y sociedades, ha creado una región con grandes oportunidades de negocios, rica en cultura y llena de delicados tesoros naturales. Una gran cantidad de oportunidades únicas que ofrece la frontera permanecen sin ser explotadas, alejadas de los centros financieros y las capitales de ambas naciones.

Pero como los que viven y trabajan en la región saben, la situación de la frontera es mejor de lo que la mayoría imagina. Desde hace algún tiempo, esta zona poco comprendida ha requerido de un análisis integral y comprensible, aunque cuidadoso y basado en evidencia, para informar tanto a los líderes gubernamentales como a los ciudadanos".

Luego, los autores, Christopher Wilson y Erik Lee, expresan que, a través de un proceso histórico de ensayo y error, las dos naciones han llegado a dos conceptos clave, que aunque no se han implementado plenamente, pueden guiar las interacciones en su frontera compartida: la coordinación y la colaboración.

No dejan de mencionar los graves problemas fronterizos: tráfico de personas, de drogas y de armas; pero, hacen hincapié en que la única solución está en la cooperación binacional.

Este podría ser una alternativa muy positiva a los planes de la Casa Blanca.