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Ruta del dinero para el PRI Tamaulipas
Los del INE no peleaban por la cifra, muy inferior, sino la cuenta, el manejo de fondos fuera del ojo fiscalizador. El origen no quedó solventado
Cd. Victoria, Tamaulipas.
En el año 2015 el INE efectuaba una revisión de ingresos y gastos del PRI Tamaulipas ejercicio del 14´, una tarea que antes tenía a su cargo, en lo doméstico, el IETAM.
Los fiscalizadores se quedaron sorprendidos al encontrar la cuenta 4001582246 del banco HSBC México, a nombre del CDE, por la suma de 30 mil 924 pesos, de la cual los jefes no habían informado. La alerta surgió de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.
Es más, los mismos jerarcas de la época declararon infantilmente que desconocían que estuviera ahí ¿y los estados de cuenta cada mes apá?.
Por su parte el banco amplió datos. Con fecha 15 de septiembre de ese mismo año informó que fue aperturada el 17 de abril de 1997, es decir ¡18 años atrás!.
Nadie agregó más, se desconocía -se desconoce- el origen de los recursos y cuánto dinero manejaron en tantos años. Por entonces el presidente del partido era Tomás Yarrington Ruvalcaba. Había llegado el 17 de enero de 1996 con su proyecto de la gubernatura.
Como jefe administrativo laboraba Esteban González Guajardo. Gobernador en turno Manuel Cavazos Lerma.
El dinero que dejaron (¿será cierto que los anteriores líderes no lo vieron?) no se perdió, ingresó a otra cuenta, la 0613012613 del Banco Mercantil del Norte, abierta en el año dos mil, y todos felices y contentos. El Revolucionario Institucional era juez y parte en Tamaulipas y México.
Además, el CDE tenía una cuenta de inversión (¡que tiempos aquellos!) que abrieron los líderes en septiembre del 2004.
Los del INE no peleaban por la cifra, muy inferior, sino la cuenta, el manejo de fondos fuera del ojo fiscalizador. El origen no quedó solventado.
Quedaron preguntas sin respuestas ¿cuenta clandestina? ¿quién depositaba y quién giraba cheques? ¿para qué ese dinero? ¿recursos de procedencia dudosa?.
Solo es un ejemplo de lo que se podía hacer hasta el 2014, sin que nadie afirme que ya no.
Aunado a lo anterior, con la próxima extradición de Emilio Lozoya Austin, procedente de España, toman actualidad las versiones de la entonces Procuraduría General de la República, de que la trasnacional brasileña Odebrecht financió parte de la campaña política del fallecido candidato del PRI a la gubernatura, Rodolfo Torre Cantú.
Los beneficios de contraprestación no los alcanzó a ver el médico porque fue asesinado antes de las elecciones, pero su hermano beneficiario podría aportar elementos ¿será llamado?.
Igual siguen preguntas en el aire ¿a dónde llegó el dinero? ¿en efectivo? ¿a cuentas clandestinas como la señalada anteriormente? ¿se fincarán responsabilidades?.
Un resumen de investigaciones realizadas y divulgadas por Mexicanos Contra la Corrupción e Impunidad dice que en 2010 hubo una “cooperación” de 350 mil dólares para la campaña tricolor de Tamaulipas (otra partida para lo mismo en Veracruz).
Emilio Lozoya abría pedido 10 millones para la campaña de Enrique Peña Nieto, pero no entregó más que la mitad de la corruptela. Se clavó la otra parte y con ella compró una casa a nombre de su esposa.
La petición para que Odebrecht “colaborara” con el PRI surgió de Lozoya y con el apoyo un empresario del ramo petrolero, ahora funcionario de una paraestatal del Gobierno de Tamaulipas, colaborador en ese entonces de la campaña de Torre Cantú.
El compromiso de respuesta fueron contratos con Pemex en Tampico-Madero, que alcanzaron el propio tampiqueño y la empresa de Brasil a través de subsidiarias.
El dato agrega que la plata para el tricolor cuerudo ingresó por la zona sur, Tampico, a través de una cuenta de Banorte a nombre una empresa fantasma (según boletín de Hacienda) llamada Blunderbuss Company México, presuntamente con operaciones en Tamaulipas pero protocolizada en el norte de Veracruz.
Pues bien, lo interesante no es tanto la corrupción que pagó Odebrecht sino el destino de la lana ¿llegó al CDE? ¿acaso a la campaña de Torre?. El presidente del partido era Ricardo Gamundi Rosas y el coordinador general de la campaña rodolfista Manuel Muñoz Cano.
Los investigadores de la ahora Fiscalía no han dicho si la ruta bancaria del dinero terminó con la facturera de operaciones inexistentes, o fue a dar a otras cuentas personales o del Revolucionario. Sería interesante saberlo.
Si fue alojado bajo el cochón, no se duda que ya estaba en manos de los “operadores” (junto con dinero de otras procedencias) de la estructura priísta, para ser dispersado en la víspera de las elecciones, lo que no sucedió.
Por chequera bien pudo llegar a cuentas como la indicada al principio de esta colaboración.
Pero dejemos que lleguen los tiempos. Por lo pronto el jerarca nacional, Alejandro Moreno Cárdenas, boletinó que su partido no va a encubrir a nadie, que está a favor del combate a la corrupción “tope hasta donde tope”.
En esta lucha contra el coronavirus, debe haber un error de alguien: Informes periodísticos dicen que los hospitales de Reynosa y Matamoros están saturados, que no cabe un paciente más.
La secretaria de Salud, Gloria Molina Gamboa boletinó este miércoles que Reynosa está el 50 por ciento y Matamoros al 83 ¿a quién creerle?. Yo le creo más a la prensa.