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Reynosa: ¿ciudad transnacional?
Reynosa es una considerada una región transfronteriza por las intensas relaciones comerciales, industriales y sociales que tiene al otro lado de la frontera. Dado esto, existe una para-diplomacia con la ciudad McAllen que dista mucho con la de otros pares de ciudades fronterizas. Esta tesitura es el resultado de procesos globales, pero no significa que la ciudad se denomine “global” o que su cotidianidad pueda ser explicada desde la Teoría de la ciudad global, aun hay un distanciamiento hacia esta conceptualización, y la Teoría de la dependencia que explica la subsistencia de ciudades en países menos desarrollados por la intervención de las potencias, ha sido sobrepasada.
Se trata mas bien de una codependencia en la región que ha hecho crecer a ambas ciudades de cada lado de la frontera, es decir, hay una complementariedad. Así que el término transfronterizo le va bastante bien, pues las actividades no se detienen al llegar al limite geopolítico, al contrario.
Mientras leía un libro que me obsequiaron, el cual aborda el tema de la ciudad transnacional, reflexionaba sobre la posibilidad de describir a la ciudad de Reynosa con este concepto, e hice un rápido diagnostico sobre las carencias para ello, pero también las potencialidades.
Desde luego favorece la ubicación geográfica en este sentido, pues las ciudades fronterizas del norte de México han sido una manifestación contundente del neoliberalismo y la apertura económica como apuesta para ser parte de la globalización. El hecho de que se lleven a acabo más operaciones administrativas que de ensamblaje, con empresas transnacionales permitiría darle esta categoría al lugar que las alberga.
Sin embargo, Reynosa no ha podido sobrepasar el rango de la manufactura y sigue siendo destino de maquiladoras sin ser sede de grandes corporativos. Probablemente no exista la infraestructura para ello y la violencia e inseguridad sean un factor para que a más de 20 años de la firma de lo que fue el TLCAN (un tratado comercial que fue parteaguas en el comercio internacional de México), no se haya podido dar ese salto. Así que conclusión propia pensé que aun no es tiempo de llamarle así.
Dentro de esas conclusiones sobre la ciudad transnacional, encontré la necesidad que existe hacia un sector de la población que esté dispuesto a realizar los trabajos más precarios, indispensables para que este sistema transnacional subsista y tenga éxito mientras se le vende la idea del desarrollo a la inocencia social. Y aquí proliferan ese tipo de condiciones sociales que facilitarán en un futuro-del cual se desconoce el plazo- que la ciudad de Reynosa se apegue a ese modelo.
Con cinturones de pobreza en las periferias, una población migrante interna que busca mejorar sus condiciones de vida y acepta trabajos en la manufactura cuyos sueldos son 20% más bajos que la media nacional, más una reciente dinámica migratoria que comienza albergar centroamericanos que son mas vulnerables aún y probables candidatos para trabajar de la manera más irregular e injusta posible hacen a Reynosa un lugar ideal para pensar más allá del término transfronterizo y convertirse en una ciudad transnacional.
Por lo tanto, la migración, la pobreza y la desigualdad, contrario a lo que se pudiera pensar, son mas necesarias que la abundancia de mano de obra altamente calificada y tecnología, porque finalmente es lo que diferencia el papel que juega cada país, y es estos últimos elementos es una parte de lo que la Inversión Extranjera aporta.
Pese a las observaciones sobre la disparidad de los efectos de la globalización y el sistema neoliberal con el enriquecimiento de las minorías y la resignación de una clase trabajadora a las condiciones de empleo otorgadas, esta transición de la ciudad suena prometedora, por las oportunidades laborales con mejor sueldo que se puedan otorgar y el progreso que representa gráficamente, no obstante, hay que recordar que los porcentajes de los dos tipos de empleo que prácticamente existen, están altamente desproporcionados y nos lleva de nuevo a la idea que por años han querido disfrazar de desarrollo.
El capitalismo o llámese economía globalizada, aterrizada en cualquier ideología política y escudriñada en ciudades globales, transfronterizas y/o transnacionales siempre requerirá de mayorías pobres para prevalecer. Así que lo correspondiente (desde ámbito local hasta nacional) para hacer frente a este fenómeno aplastante y necesario es elevar el nivel educativo de la población y regular las condiciones laborales para evitar una evidente explotación de determinadas clases sociales y aminorar la desigualdad asociada.