No me defiendas, compadre
Las recientes declaraciones del dirigente del sector patronal, Gustavo de Hoyos Walter, a favor del Instituto Nacional Electoral, al que llamó la joya de la corona de las instituciones autónomas de este país, echa de ver la coincidencia de intereses y ponen en claro los empeños en que sigan las mismas practicas chanchulleras y venales que se han observado cuando menos desde el inicio de la centuria, luego del periodo brillante que permitió el relevo en las instancias de poder, sin llegar a una real alternancia.
Si hay quien no se haya dado cuenta en su momento, corren por ahí galones de tinta que testimonian que el único periodo en el que el entonces IFE logró imponerse con autoridad política y moral y no a base de cañonazos de billetes, fue en el periodo 1996-2003, cuando fue presidente del consejo José Woldenberg. Le tocaron dos procesos torales: las elecciones federales de 1997 en las que el PRI perdió la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados y el gobierno del DF, y el relevo presidencial del 2000.
De ahí para acá, los funcionarios electorales han usurpado el oficio de los sastres para hacer trajes a la medida en cada proceso electoral. Así mismo, si hay quien no lo recuerde, por las redes pueden ver la balconeada que dieron a Elba Esther Gordillo en la televisión cuando llamó para advertir al gobernador de Tamaulipas que no se equivocara; que el ganador de la elección en proceso era el becario de ingrata memoria. No aparecen los mensajes idénticos que hizo llegar a los gobernadores de Coahuila y de Nuevo León; pero, ni falta hace, porque estas entidades emitieron tantos votos que no necesitaron más.
El momento más trágico de la existencia del instituto electoral fue cuando la Gordillo logró que la designación de consejeros fuera por razones de partido; Luis Carlos Ugalde Ramírez fue designado consejero presidente a propuesta negociada de Elba Esther Gordillo como diputada del PRI, además de principal operadora política de Vicente Fox. El nuevo consejo no pudo dar legalidad y legitimidad a las elecciones de 2006, que se convirtieron en uno de los mayores fraudes cometidos en la historia del país.
La gestión de Córdova en el INE ha estado plagada de inconsistencias: desde el tráfico con el padrón, hasta su falta de autoridad política para determinar violaciones a las leyes electorales y por tanto las correcciones constantes de plana a las decisiones del Instituto. Lo más notable que se ha dejado ver durante el desempeño del consejero presidente es el despilfarro y el abuso. Se han adjudicado sueldos pantraguélicos que no tienen justificación alguna en las tareas que realizan, además de querer construir un palacio en el centro de la Ciudad de México, que está entre los lugares más caros de Latinoamérica.
Durante la administración pasada, logró que el Instituto Nacional Electoral y la Unidad de Inteligencia Financiera firmaran un convenio en busca de diseñar e implementar acciones para garantizar el intercambio de información a fin de combatir la corrupción y el ingreso de dinero ilícito en los procesos electorales. Entonces declaró ufano que: "El INE es un ente autónomo del Estado mexicano; somos muy celosos de nuestra autonomía, pero eso no significa que seamos una entidad autárquica, el órgano electoral tiene responsabilidad pública y social". Convenio y carabina de Ambrosio, iguales.
Paradigmático es el caso en que: "el INE aprobó sancionar al PRI y al Partido Verde con una multa de 98 millones 479 mil pesos por el uso de tarjetas Monex y omitir gastos de campaña de la pasada elección federal del 2012, en la cual resultó vencedor Enrique Peña Nieto, en acatamiento a sentencias del TEPJF". El uso de tales tarjetas fue decisivo para la ingeniería electoral que llevó al PRI de retorno a Los Pinos; pero, en lugar de actuar en el momento en que ocurrían las irregularidades, lo hizo a toro pasado.
Con el becario y con Peña Nieto, los empresarios vivieron en jauja. Por ello, ahora que se busca que la economía alcance niveles razonables; que el consumidor reciba lo que compra y que las empresas vayan a competir con calidad e innovación en vez de que bajen los precios castigando los salarios de los trabajadores, se han puesto del lado de la institución que tantos beneficios les aportó, porque, hasta el momento no hay un sólo procesado por financiar campañas electorales, no obstante tantas denuncias.
Dijo que: "Iniciamos la defensa del Instituto Nacional Electoral porque es este un organismo que garantiza que no se restablezca en el país un régimen autoritario, como el que existió en el pasado y que tanto daño causó al país, vamos a dar la batalla porque queremos que nuestras elecciones sigan siendo organizadas y vigiladas por los ciudadanos". ¡Oh!
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