Inflación: la gran preocupación

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El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) informó que, durante los primeros quince días de noviembre, la inflación anual se ubicó en el 7.05%, es la tasa más elevada desde abril de 2001. Esto significa que los productos y servicios registraron un alza importante en sus precios y tarifas que hacen más cara la vida de los mexicanos.

Entre los productos y servicios que mayor incremento tuvieron en la primera quincena de noviembre, se encuentran las tarifas eléctricas que fueron un 24% más caras y productos agropecuarios como el tomate verde (+42%), chiles (+20%), el jitomate (+4%), el pollo (+3%) y servicios como el transporte aéreo (+7%).

El fenómeno no es exclusivo de México, el incremento en los precios ha afectado a países de primer mundo: Estados Unidos registra un alza estimada en más de un 5%; Canadá y algunos países europeos rondan entre el 4 y el 4.5%.

En general son los precios de los energéticos y de productos agropecuarios los que mayores incrementos registran. Es un momento complicado para la economía mundial en un efecto derivado de la pandemia.

Este tema sin duda será uno de los que mayor presión ejerzan en la Cámara de Diputados para la discusión de la Reforma Eléctrica. El presidente Andrés Manuel López Obrador ha anunciado que revisará el salario mínimo y que vislumbra condiciones para un incremento.

El presidente se pronunció por ir recuperando gradualmente el poder adquisitivo del salario y calificó de falsa la idea de que, al aumentar el salario mínimo, se incrementaba la inflación, señalando que eso nos llevó a que el salario mínimo de México fuera de los más bajos del mundo, aumentando en ocasiones por debajo de la inflación. 

De 2018 a 2021, el salario mínimo general pasó de 88 pesos a 141 pesos, ahora se buscará el consenso con el sector privado para un nuevo incremento. 

Sin calificar el tema que corresponde a expertos de la economía, era un tema de justicia social el incremento, un nuevo incremento creo que debe ser muy bien analizado. Es sano buscar recuperar el poder adquisitivo del salario, pero, como lo ha señalado el propio presidente, debe darse cuidando los equilibrios y la competitividad del país para que la medida no sea contraproducente, y debe ser integral para que no siga creciendo el empleo informal. Vienen temas de país.