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Edgardo y Ramiro

Edgardo Melhem y Ramiro Ramos son dos chavorucos de la política estatal que se resisten a dejar el poder que el PRI mantuvo por años en Tamaulipas. Ambos representan al priismo ortodoxo que transitó del discurso revolucionario al pragmatismo neoliberal, pero siempre con una visión moderna y actualizada que se adaptó a las circunstancias de nuestros tiempos.

Las cosas no han sido fáciles para ambos, tanto, que las mismas condiciones los ha llevado a tener discrepancias y puntos de vista diferentes. Sus vidas políticas han sido paralelas, pero dentro de una institucionalidad partidista. Algunos vieron a Melhem, cerca del panismo hace años, pero hoy lo ven retirado. Ramiro siempre ha estado alejado, pero se lleva bien con algunos actores azules. 

Edgardo y Ramiro

Ahora, después de mucho tiempo, se sentaron en una mesa de café para hablar del partido, de sus proyectos personales y de la elección que viene donde se elegirá un nuevo gobernador.

Ramiro quiere ser candidato del PRI a la gubernatura y Edgardo será diputado local en el Congreso que se estrena el 1 de octubre. El de Río Bravo, ya decidió que no quiere ser candidato a gobernador como algunos lo señalan, así que cada quien tiene perfectamente trazado su rumbo inmediato.

Esta vez, a Edgardo y a Ramiro los unen más que el apellido (ambos llevan el apellido materno Salinas), un deseo que igual comparten casi todos los priistas: No ir en alianza con el PAN. El argumento de Melhem es que siempre recibió un maltrato de estos y Ramiro lo dice sin empacho alguno: “porqué ir con un partido que ya se va y que aparte está muy desgastado; además Morena es un partido que trae la inercia ganadora; las allianzas se hacen con los ganadores”. Sin embargo el nuevolaredense admite: “no estamos cerrados para nadie”.

Y remacha:

“Para qué nos desgastamos si el que va a decidir es Alejandro Moreno, desde el Comité Nacional”.

El mensaje de estas dos figuras importantes del priismo en Tamaulipas, es contundente y claro: la alianza o el Bloque Opositor no tiene esperanzas en el Estado.

Alejandro Moreno, coinciden, va a hacer lo que le diga el Presidente López Obrador, “no tiene opción; sus cuentas en Campeche aun no están claras y la FGR lo sabe en el expediente que tiene de él”.

Edgardo y Ramiro, aunque sirvieron y trabajaron para el gobierno de Egidio Torre, se destetaron a tiempo del ex gobernador que nefastamente ha insistido en meter las manos en el PRI para servir al PAN. 

Edgardo y Ramiro tienen hoy la oportunidad de salvar al partido; ambos simpatizan por la alianza con Morena y eso los coloca en un protagonismo que influirá en el futuro del Estado. Como figuras del partido y por los mensajes que están mandando desde ahora, pueden despertar al priismo adormecido que se agazapó ante la propotencia del panismo y que se convierta en el fiel de la balanza en el 2022. Son 128 mil votos muy buenos que podrían caer en la canasta morenista. Como dijo el clásico: “en tiempos de crisis hay que venderse bien y con quien mejor convenga”.

Por lo pronto Ramiro ya busca ser candidato bajo las siglas del PRI, con la posibilidad de irse solo sin que nadie le compita, y Edgardo busca convertir al partido en una entidad abierta a la sociedad, y claro: alejado lo más posible del PAN, pues ambos se han declarado adversarios del Bloque PRIAN.