Columnas > ERNESTO SALAYANDIA GARCÍA

Víctima de la ansiedad III

El asesino silencioso llamado Ansiedad

Esta semana que acaba de terminar, fui a  dar servicio a un centro de rehabilitación, DOXA, de la ciudad de Chihuahua, con un promedio de 60 internos, hombres, mujeres y menores de 17 años, compartí mi testimonio, enfocándome a él porque yo no podía parar y porque soy un recaído, regale esa parte de mi vida ingobernable, habla de mi mediocridad, de mi ausencia de amor propio, de compromiso y de mis nulos planes de vida, maneje los argumentos de mi propia experiencia que no supe controlar mis niveles de ansiedad, comprendiendo que es la gasolina, en mi opinión y experiencia, que activa el motor de mi compulsión, hoy se lo que es la ansiedad y el daño que me provoco, también he aprendido a controlarla a trabajar en ella a cada segundo para que no me gane, por supuesto, que el nivel de ansiedad en los internos adictos, no estriba solo en las temblorina de piernas y manos, sino en el vacío espiritual, en ese gran hueco que sienten en su interior, estriba en sus pensamientos chuecos, victimas del pensamiento alcohólico que domina, la loca de la azotea  y son estos factores , los que finalmente logran que el adicto consuma y caiga, primero en conductas toxicas, ofrecí dinámicas, como una terapia que hago con técnicas de locución, pero de gran utilidad ´para bajar la ansiedad, uso velas y música, logro la armonía y relajamiento del grupo, les enseñe varias rutinas de respiración para obtener tranquilidad y bajar la ansiedad, di mi experiencia de cómo sanar heridas y sacar la basura que perturba tu mente, hoy en día, hay muchos alcohólicos y adictos limpios y en crecimiento que hacen uso de estas herramientas, ellos, como yo, estamos, al menos, solo por hoy, libres de drogas y de conductas toxicas, sé que a veces, dar estas terapias, es como lavarle la cabeza al burro, pierdes el tiempo, el agua y el jabón, pero con que a uno le caiga el 20 y salve su vida, me doy por bien servido.

Víctima de la ansiedad III