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UNIDOS ANTE TODO
Con todo lo que está pasando el mundo, las expresiones de intolerancia racial y política, las expresiones de desamor en las familias, la falta de respeto a los niñez, traen a mi memoria las palabras que el Papa Benedicto XVI expresó durante una de sus últimas audiencia públicas de los miércoles el agradecimiento por las muestras de afecto de la gente y por todas sus oraciones.
Pero también hizo hincapié en la preocupación por la división dentro del clero, lo que a su ver desfigura el rostro, el fundamento de la iglesia. Siempre apelando a superar cualquier clase de individualismo.
Con todos los actos de intolerancia sucediendo en los Estados Unidos y el mundo, debemos recordar como Jesús denunció la hipocresía religiosa, sobre todo el comportamiento de quienes son capaces de rasgarse las vestiduras en público como penitencia de las faltas cometidas por otros, sin embargo son pocos los que reconocen sus propias faltas.
Las palabras de Benedicto XVI son un recordatorio para todos nosotros que el verdadero discípulo de Cristo no se sirve así mismo, ni al público, no sirve con egoísmo sino a su Señor, de manera simple y generosa. Con esta manera sencilla el nos la demuestra al dirigirse a la gente y explicar que él solo, tras orar y meditar, llego a la conclusión que no podía servir como dirigente de la iglesia si no tenía la fuerza física suficiente para llevar a cabo su ministerio.
Si no tenía el amor suficiente para actuar con amor.
Recuerdo que al terminar la audiencia de ese día, el secretario de estado Vaticano, Tarcisio Bertone, expresó claramente que la renuncia del Papa Benedicto XVI demuestra su pureza de corazón y de mente, la fuerza de su humildad, la fe fuerte y exigente, su docilidad y la gran valentía que ha marcado cada paso de su vida y de su ministerio.
Nosotros como líderes de la iglesia que seguimos los pasos de Jesús, debemos invocarar al Espíritu Santo, la fuerza activa de Dios para que guíe nuestro ministerio y cumplamos con amor el compromiso que hizo de guiar a sus orejas y promover el amor, la paz, la tolerancia y la paciencia.
Nosotros debemos orar también por la sabiduría y fuerza para guiar a nuestra iglesia en estos tiempos tumultuosos que aquejan al mundo. Oremos ante todo por unidad, justo como lo pidió Benedicto VXI en su última
Vive un día a la vez! ... ignite the moment!...
Y recuerda que Dios te ama y yo también.
Msgr. Juan Nicolau, Ph. D. STL. Sacerdote jubilado de la Diócesis de Brownsville.
Es psicoterapeuta familiar y consejero profesional con licencias.