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Tierra de leyendas...

  • Por: EUGENIO MILLA
  • 15 NOVIEMBRE 2020
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Tierra de leyendas...

Estimado lector, el día de hoy quisiera presentarte a quien fuera uno de los poetas más grandes del romanticismo español. Sin duda esa época arrojó grandes nombres al Olimpo de la literatura. Dentro de esta camada podemos mencionar a grandes exponentes de la poesía como lo fueron Zorrilla y De Espronceda, pues cómo olvidar aquella Canción del pirata que lo hiciera tan célebre.

Si bien es cierto que Bécquer se cuece aparte es porque en su estilo se manifiesta un contraste poético dentro del cual elimina la artificiosidad de sus formas poéticas y poco atípico de las características del movimiento.

Pero hoy no he venido a hablar de poesía, sino de leyendas. Es cierto que España es una tierra que encierra muchos mitos e historias. Gracias a su gran diversidad existe en la península una amplia gama de historias tradicionales típicas de cada región. Por ejemplo; en el país vasco podemos encontrar la leyenda del Zenzengorri que es un toro rojo que asolaba la región o la del Herrementari, aquel herrero que debido a su fuerza bruta hizo su prisionero a un demonio.

A título personal, la región más rica que puedo encontrar en lo que al tema de leyendas refiere es la región de Galicia donde; La coruxa, La Santa compañía que era una procesión de almas que se aparecía previamente a la muerte inminente de alguien y los duendes forman parte fundamental del folklor gallego.

Se preguntaran que tiene que ver Bécquer con el mundo de las leyendas, bueno de hecho la prosa del autor es en el ámbito de este tipo de historias donde luce más y se torna de lo más agradable para la lectura. Sin duda el sevillano fue el número uno del decimonónico en cuanto a la narración de estas historias refiere.

Títulos como; La corza blanca, La cruz del diablo y cartas desde mi celda hicieron de este escritor un icono. Bécquer se enfocó en la parte noreste de España para elaborar su repertorio de leyendas. Casi todas son ambientadas en Aragón o Navarra, como por ejemplo la Cruz del diablo en la cual cuenta la historia donde unos viajeros apunto de cruzar los Pirineos se detienen a rezarle a una cruz que está en un camino desolado, mientras lo hacían , el guía les dijo que dejaran de rezar. Al llegar a un parador el guía contó a los viajeros la leyenda de la cruz, dicha historia como apunta Bécquer fue pasada de generación en generación para entretenimiento de la gente. 

Pero no hay duda de que Bécquer sabía qué puntos atacar, simplemente los de más morbo y es por esto que escribió en sus Cartas desde la celda acerca de las brujas de Trazmoz. Bécquer estuvo internado en un convento cercano a las faldas del Moncayo debido a dolencias a causa de la tuberculosis y fue ahí donde se enteró de la leyenda de las brujas o de "las amazonas del escobón" que ese era el calificativo que él les daba. Habrá que saber que Navarra y Aragón han sido tierra de brujas desde 1271. 

En localidades como Zugarramurdi, Urdax y Bargota, siempre existieron personas que se dedicaron a curar con hierbas y a practicar rituales paganos. De hecho, en la comarca de Zugarramurdi es donde cada noche de San Juan se celebra el famoso Aquelarre o "Akelarre" (en vasco) donde supuestamente en la noche más larga del año las brujas invocan al maligno y se entregan a él. De hecho el antes mencionado pueblo de Trazmoz es el único pueblo excomulgado del mundo.

La razón es que ahí los gobernantes pusieron brujas o pseudo brujas para ahuyentar a la gente ya que tiempo después se descubrió que allí se acuñaba moneda apócrifa.

El tema de la noche de San Juan y las hogueras realmente no tiene nada que ver con brujería, Sino que la gente tenía la creencia de encender hogueras con la finalidad de ayudar al sol a ganar impulso para que pudiera darle la vuelta a la tierra durante el solsticio de verano.

Bécquer supo aprovechar muy bien todas estas costumbres y creó historias entretenidísimas que han quedado para el gusto del buen lector. Y como alguna vez lo escribió:

"Que lo crea o no, me importa bien poco.

Mi abuelo se lo narró a mi padre;

Mi padre me lo ha referido a mí,

Y yo te lo cuento ahora,

Siquiera no sea más que por pasar el rato". 

Para concluir con el artículo me despido esperando que tengas una semana muy aprovechada y llena de mucha lectura y descubrimiento. 

Aprovecha cada día al máximo, "Carpe Diem".

¡Hasta la lectura siempre!

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