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Ni con el pétalo de un barrote
Como es ordinario, poco a poco las campañas políticas van a subir de tono. El moreno Américo Villarreal Anaya echó un vistazo a los gobiernos estatales "que se desviaron del camino", y cuyos funcionarios deben ser castigados. Los que precedieron, en efecto, están reprobados por omisos y permitir la corrupción.
Esto nos hizo recordar los mensajes de campaña del 2016 cuando el PAN era oposición y el PRI administraba Tamaulipas, con una imagen deteriorada por tanto desatino y saqueo del erario sin pudor alguno: "Se les acabó la fiesta a los corruptos", decían los celestes.
Limpiar la casa centímetro a centímetro eran las promesas, sin llegar a "cacería de brujas" (al final solo castigaron a los burócratas de a pie por ser priístas).
Resumían las promesas en que "no habrá borrón y cuenta nueva", para los que preparaban el despegue rumbo al Nuevo Reino de León u otras partes del país con las talegas llenas.
Meter al bote a los ladrones del presupuesto, a los "peces gordos", acabar con el "diezmo" en los contratos, eliminar a los aviadores eran los compromisos, en los cuales creyó buena parte de los empadronados, y se fueron a votar por ellos.
El desenlace es que el "moche" se duplicó por cuatro y nadie fue a dar tras las rejas. No los molestaron ni con el pétalo de un barrote.
Muchos pensaron que sería una buena administración, la mejor de Tamaulipas, que voltearía los bolsillos de señalados de corrupción como Manuel Rodríguez Morales, ex jefe de Obras Públicas, o el de Administración, Fernando Salinas Zambrano; del ex secretario de Finanzas Silvestre Ábrego Adame; "Don Teofilito" Norberto Treviño, o René Salinas Treviño de Desarrollo Urbano.
Los negocios más pingües se hicieron, se siguen haciendo en Salud y Educación, pero dos tímidos citatorios de Contraloría a Teofilito y Diódoro dieron por cerrada la estrategia contra el desvío de dinero.
Ni en pensamiento los "gordos" pisaron bote. Fue detenido un "perra flaca" de nombre Cristóbal "N", quien no se mandaba solo ni autorizaba pagos. Le cargaron dos mil millones que deben estar en otras chequeras y no la de él.
Hoy se voltea la tortilla, el escenario es el mismo del 2016. Se presta para un discurso fuerte de la oposición, en este caso Morena, que nada tiene que perder y todo que ganar.
Será el mismo de hace seis años con actores diferentes y un partido nuevo. Desde las gradas el público vuelve a ver la novela, salvo el segmento que acaba de cumplir los 18 años.
"La narco política se acabó en Tamaulipas", decían los discursos azules, que son válidos en la contienda en marcha.
Igual de válida la promesa de alternancia pacífica, la posición de no doblarse ni venderse ante las circunstancias del entonces gobierno priísta de ponerle precio a cada cabeza, en una operación de estado dirigida por el secretario general de Gobierno, Herminio Garza Palacios.
Se acostumbra que el titular de la segunda esquina de Palacio es el jefe de campaña del partido en el poder. Lo fueron Herminio Palacios, Toño Martínez Torres, Homero Díaz Rodríguez, Jaime Rodríguez Inurrigarro y las pasajeras "Paloma" Guillén Vicente y Laura Garza Galindo.
Y hoy, con sus descalificaciones sin mesura, sin cuidar las formas o cohibirse por el qué dirán, el jefe de la instancia política, Gerardo Peña Flores, ya calificó y juzgó un incidente en que resultó baleada una oficina que utiliza el alcalde victorense Eduardo Gattás Báez.
En lugar de guardar las formas como funcionario, se dejó ir con tranchete en mano sobre el munícipe que, de buena fe, le hizo caso y fue a la Fiscalía a presentar demanda como se lo había recomendado.
Aunque sea jefe de campaña como sus antecesores, no debería hacerlo a lo descarado porque "la gente lo va a notar".
Algo de razón debe tener Gattás cuando dijo a los reporteros sobre el comentario del regio avecindado en la frontera: "Estoy seguro de que si le hubieran balaceado su oficina, hubiera salido corriendo para Reynosa".
Decíamos que poco a poco irá subiendo el tono, como subió en aquella primavera del 16´ con un discurso frontal pero "arreglado" para no tocar ni con el pétalo de una reja a los que se fueron.
No es lo mismo ser cantinero que borracho. El respetable –como hace seis años- decidirá quién quiere que dirija los destinos de este sufrido y saqueado Tamaulipas por el siguiente sexenio.
Por lo pronto hacemos votos porque no siga la violencia, amenazas y balas en intereses de los actores, y que don Gerardo cierre la boca y deje que las campañas corran libremente como mandan los protocolos electorales. Tiene sus filias pero el corazón no piensa.
Mientras eso pasa en los partidos, el organismo público local (IETAM) sigue adelante con los preparativos. Sesionó este jueves para designar como moderadores de los debates a dos periodistas del centro, Ana María Lomelí y Javier Solórzano, respectivamente el primero y segundo encuentro de los candidatos.
¿Por qué no locales? En 2016 fue un locutor de noticias de televisión de Matamoros. El alegato es la experiencia de las figuras nacionales. Nosotros agregaríamos que para evitar presiones de partidos y grupos locales, pues aquí también hay gente con merecimientos.
Lo malo: El pago para los comunicadores –que no es menor- se va fuera de Tamaulipas.
En la misma jornada el IETAM que lidera Lupe Ramos, siguió dando lecciones de sabiduría: No meterse con los bandos en pugna. Desechó juicios sancionadores en contra del Gobernador Cabeza de Vaca, del candidato de Juntos Hacemos Historia a la gubernatura, Américo Villarreal Anaya, los diputados Ovidio García García y Javier Villareal Terán y el delegado estatal de Morena, Ernesto Palacios Cordero.