Columnas > ERNESTO SALAYANDIA GARCÍA

Machismo desbordado

No tiene la culpa el indio...

La conocí en mi estudio,  Violeta, una joven mujer de 20 años, recién casada y aferrada a que su marido cambiara.- Ernesto.- Me decía.- Son demasiados problemas, no lo soporto, nomás de verlo, me pongo de malas, me da café cargado.- ¿Lo amas?.- Le pregunte.- La verdad no sé, lo odio, odio la manera en cómo me trata, su forma de ser, el cómo me habla y me hace sentir mal, sentirme que la de la culpa del problema soy yo.- Si él fue el que me engaño Ernesto.- No fui yo.- me dice que estoy muy gorda, que no me arreglo, me echa en cara a mi familia, que tengo mamitis, que soy una fodonga, buena para nada, además de inútil, soy una mantenida, lo peor, es que todo lo que me dice, me lo creo, me deprimo y me hundo en mis problemas.- ¿Qué hago?.-

Machismo desbordado

Árbol que nace torcido....

Un buen número de noviazgos atraviesan por una severa crisis, viven en pleno conflicto, fomentan, una relación, que en lugar de ser hermosa y placentera, es destructiva, por demás enfermiza, toxica y ambos caen en la rutina, se acostumbran al mal trato, al hostigamiento, a las agresiones y a la tensión neurótica que genera la codependencia, ellos, sin saberlo, cometen sendos errores cuyas consecuencias se reflejan en el fracaso total como pareja, al final, creyendo en el amor, caen en el enamoramiento,.- enamora-miento.- y esta relación de máscaras e hipocresías se revienta por lo más delgado, son muy frágiles los lazos donde sobresale la inmadurez, las mentiras, la mala comunicación, el no saber hablar, sobresale, la falta de respeto, el lenguaje con groserías y vulgar que en muchos casos se usa, hay un cumulo de patrones de conducta de ambos y de la familia, adicta a meterse en lo que no les importa, más los expertos asesores, amistades que mal aconsejan y al final, truenan como espárragos, lo lamentable, es que estos novios ficticios, se casan, forman un "hogar" por favor léase entre comillas y tarde que temprano, ya con hijos, dos o tres, deciden divorciarse y la historia de esta sociedad, se escribe con tinta sangre en los hogares disfuncionales, de ahí, nacen y se hacen los drogadictos, sicarios, corruptos, maniaco deprimidos,  ineptos y surgen todos los virus que contaminan a la comunidad en general, hay, de cada diez matrimonios, siete divorcios, los hijos, repiten la escuela de los padres y por ende, también fracasan en sus relaciones de pareja y en este texto, que escribo, en mi libro, Macho, menos,  deseo aportar mi propia experiencia, mis conocimientos y trabajos de investigación, no soy psicólogo, ni  psiquiatra, soy un periodista que se ha especializado en las emociones y un enfermo alcohólico y adicto en recuperación que da su testimonio de vida, aceptando y reconociendo sus defectos de carácter y amargas vivencias, solo por hoy, Gracias a Dios, superadas.-