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Los Datos de la Esperanza
Los primeros 100 días de cualquier administración son un termómetro político, no solo por los resultados tangibles, sino también por las percepciones que generan en la ciudadanía. Claudia Sheinbaum, al cumplir este periodo como presidenta de México, presentó un informe que combina cifras y logros con una estrategia de comunicación diseñada para conectar con las emociones y expectativas de los mexicanos.
Según la encuesta publicada por Reporte Índigo, Sheinbaum cuenta con una aprobación del 90%, con un 85% de los ciudadanos expresando confianza en su liderazgo y un 60% asegurando que las cosas han mejorado desde que asumió el cargo. Estas cifras son impresionantes y no deben tomarse a la ligera, pero el verdadero reto está en cómo estos números se convierten en una narrativa sólida que articule la relación entre resultados concretos y la percepción pública.
El informe de los 100 días fue una oportunidad para destacar los primeros logros de su administración. Reducción de la violencia, avances en programas sociales y mejoras en la infraestructura fueron algunos de los puntos que Sheinbaum enfatizó. Pero los datos, por sí solos, no garantizan confianza; lo que importa es cómo la ciudadanía interpreta esos logros en su vida diaria. Por ejemplo, una disminución del 18% en homicidios dolosos desde 2018 puede ser una estadística contundente, pero si la percepción de inseguridad persiste en las calles, el impacto de esa cifra será limitado. En comunicación política, no basta con ser eficiente; también hay que parecerlo. Y parecerlo depende de un factor clave: la percepción.
Con un 90% de aprobación según encuestas recientes, Sheinbaum tiene un nivel de respaldo que pocos líderes logran, especialmente en un contexto político tan polarizado como el de México. Este índice no solo refleja satisfacción, sino también expectativas. La ciudadanía no solo juzga los primeros 100 días; también proyecta en ellos lo que espera para los próximos años. Sin embargo, la percepción es volátil. Un manejo estratégico de la comunicación será fundamental para mantener estos niveles de aprobación, sobre todo en un entorno donde los cuestionamientos y las críticas estarán a la orden del día. Sheinbaum ha demostrado un enfoque efectivo al conectar con temas que resuenan emocionalmente, pero deberá consolidar esa percepción con resultados visibles y tangibles.
En comunicación política, los datos son la base, pero la percepción es el puente que conecta esos números con la realidad ciudadana. Los primeros 100 días de Sheinbaum ofrecen una lección valiosa: no basta con gobernar bien, hay que comunicarlo aún mejor. El éxito de su administración dependerá de su capacidad para sostener esta narrativa de cercanía y resultados. Aquí, el papel de las estrategias digitales, los mensajes claros y las historias concretas será fundamental. Las cifras impresionan, pero las historias movilizan.
Como dijo Nelson Mandela: "La visión sin acción es solo un sueño. La acción sin visión solo pasa el tiempo. La visión con acción puede cambiar el mundo." Los números pueden reflejar una gestión eficiente, pero lo que la ciudadanía percibe y siente sobre esa gestión es lo que define el éxito político. En estos primeros 100 días, Claudia Sheinbaum ha mostrado que puede equilibrar ambos frentes, pero el camino por delante requerirá una narrativa constante que no solo hable de logros, sino que los traduzca en confianza, tranquilidad y esperanza. La clave no estará solo en las cifras, sino en cómo esas cifras se convierten en experiencias que los mexicanos puedan sentir como propias.
Eric Valdez Gómez
El autor es consultor en Comunicación Política