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Los daños irreversibles por consumo del alcohol y drogas III

Muerto en vida

Esa noche, mi cuerpo cayo boca  abajo en mi cama King sisé, cansado de mis excesos, rendido y ya dormido,  vi una cara  en mi mente, luego, entre a un largo túnel negro y vi, sentí, como dos caras mías se movían con gran fuerza, tratando de chocar frente a frente,  una con la otra, fue una sensación extraña. demasiado rara, luego caí en un abismo, como diría el poeta, profundo y negro, toque fondo y la oscuridad era inmensa por todos lados, después, vino el silencio absoluto, cero ruido y ahí se perfectamente que estoy muerto y no respiro, en ese instante, le grito  a Dios.- Dios, Dios, no quiero morir, por favor, Dios, no quiero morir-  me levanto sudando, temblando, lleno de miedos, me voy al baño y me miro al espejo, soy la tristeza arrolladora, mis hombros caídos, mi mirada apagada, mi piel amarilla, seca, aspira, lo blando de mis ojos, que se llama esclerótica, ofrece un café cenizo, ojeroso, apagado sin luz, me miro y lloro frente a mi rostro deprimido.- Estúpido, estúpido, mira lo que has hecho con tu vida, eres un vil mediocre, drogadicto, estas en la ruina.- Sigo llorando y me sigo viendo, muy decepcionado de mí mismo, sé que tuve un paro respiratorio, que estuve muerto y que Dios me dio una oportunidad, porque cuando comencé a despertar, vi, sentí una fuerte luz, esplendorosa dentro de mi.-

Los daños irreversibles por consumo del alcohol y drogas III

No quería o no podía abandonar mi adicción

Deje de llorar, me eche agua en mis fosas nasales, ahí mismo, presione los orificios y me soné con fuerza, salió el primer tapón  de porquería,  después, atrás de él, el chorro de sangre, sangre que llego a mis labios y mi lengua, sangre y cocaína que los anestesio, me soné la otra fosa,  me libere del enorme obstáculo, pude respira y verme al espejo, sucio, despeinado, abandonado de mí mismo, respire con profundidad, suspire desde lo más fondo de mi ser, me eche agua en la cara y después, que te imaginas que hice?.- Yo, para evitar que la cocaína se humedeciera y exterminar el polvo, colocaba los pases en el travesaño de las puertas a un lado de la jeringa y la morfina, después de libérame, tome un pase completo y de dos jalones,  los metí a mi cuerpo, luego cargue la jeringa con tres miligramos de morfina y me arponeé en la nalga, luego, me senté en el escusado y prendí un cigarro, que fume placenteramente, como si nada hubiera pasado, olvidándome de esa imagen de mediocre que mostraba a los 4 vientos, de ahí vengo, soy víctima de La Saliva del Diablo.- Muerto en vida, atrapado sin salida.- 

Nada es para siempre, ni bueno ni malo.- Nada.- 

Hoy, recupere a Ernesto, disfruto verme al espejo, contemplar mi armonía, la sinceridad de mi mirada, palpar mi paz interior, me gusta sonreírme y desearme lo mejor de lo mejor, decretar, que este va a ser el mejor de mis días, comprender que mi  enfermedad es emocional, progresiva ,incurable, mortal, por demás contagiosa, no se me debe de olvida los fondos que viví, el dolor qué me cause y le genere a mis seres queridos, perdí mi libertad, la droga me robo mi dignidad, lleno de ansiedad a las cuatro de la mañana iba a comprar cocaína, andaba todas las mañanas, de farmacia en farmacia, buscando la morfina sintética, mi ansiedad me hacía consumir una botella diaria de vodka, no se me debe de olvidar,  mis delirios auditivos, mis depresiones,  lo que la droga ocasiono, como el que me corrieran de mi trabajo, los pleitos constantes con mi mujer, el haber tratado de matarla, de ahorcarla, estrangularla con furia,  invadido por la ira, por el odio desbordado, no se me debe de olvidar mi soberbia, que es la madre de mi enfermedad, tampoco mis egos, mi falso orgullo, ni el cumulo e defectos de carácter que distinguió en mí una vida completamente ingobernable,  lleno de conductas toxicas,  hoy me miro al espejo y me digo.-  Solo por hoy no soy el mismo que antes, erradique mi celotipia obsesiva, disminuí mi corto impulso neurótico, rebaje mi egocentrismo, le eché humildad, recupere mi seguridad y autoestima, perdí mis miedos y le dije adiós a mi ansiedad,  deje de ser el mediocre del año, el borracho del barrió, abandone mi compulsión, le di la espalda a mi necesidad de intoxícame, recupere la vida, soy un milagro, solo por la gracia de Dios, sé que no tengo  todo lo que quiero, pero hoy quiero todo lo que tengo.- Me amo y me alegro de ser quien soy, pero estoy severamente dañado.-  

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