Los baches abiertos de una ciudad en obras
100 días después de su toma de protesta, Clara Brugada aún debe cumplir la promesa de cubrir el 100% del territorio capitalino y erradicar los socavones
¿Habrá algo más intrascendente como bandera política, como declaración de principios, al inicio de una administración que un "bachetón"? Así han sido los primeros 100 días del gobierno de Clara Brugada en Ciudad de México. Anunciado con bombo y platillo el pasado 16 de octubre, el operativo con el cual se cubrirían todos los baches generados en vialidades primarias y secundarias de la capital está destinado al fracaso. En primera, porque es una responsabilidad ineludible, cotidiana y sin fin y, en segunda, porque en el pasado reciente la exjefa de Gobierno y ahora presidenta, Claudia Sheinbaum, también hizo sus bachetones y la realidad nos muestra que necesitamos otro en 2025.
Aunque se trata de una de las funciones más básicas de cualquier gobierno local, el gobierno de la morenista Clara Brugada lo lanzó como un programa especial luego del anuncio del mismo programa a nivel nacional: el Bachetón del Gobierno de Claudia Sheinbaum, para cubrir todas las carreteras federales del país.
Aunque el programa en CDMX empezaría con avenidas primarias y secundarias, Brugada se comprometió a cubrir el 100% del territorio capitalino y aseguró que serían erradicados totalmente en los siguientes seis meses, que concluyen en abril próximo.
Como lo comentaba en el primer párrafo, no es la primera vez que se implementa este programa en la CDMX: cuando fue jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum lanzó el Bachetón 2021 y 2022, este último con un presupuesto de 130 millones de pesos invertidos en 69 vialidades principales. Si en años anteriores ya se cubrieron los baches de la capital, ¿por qué se vuelve necesario repetirlo cada año?
En el de 2024, Brugada dijo que el programa será permanente, por lo que no tiene una fecha exacta para concluir, pero "confió" en que esta etapa esté terminada antes de que empiece la siguiente temporada de lluvias, prevista para mayo próximo. Entonces todo el esfuerzo y los recursos invertidos, ¿son para una temporada?
En el arranque del programa, el secretario de Obras de la Ciudad (Sobse), Raúl Basulto informó que la dependencia a su cargo tenía identificados 42 mil baches en 56 unidades territoriales, basándose en un diagnóstico realizado por la Secretaría y las alcaldías. Dos meses después, en diciembre, presentó una actualización del diagnóstico: un total de 80.000 baches en la red de 169 vialidades primarias de la Ciudad de México, que tiene una longitud de 1.100 kilómetros.
Con esa base, este enero comenzó la segunda fase del programa, en calles secundarias. Según la Sobse, en los tres meses que lleva el programa ya repararon 42.000 baches: exactamente la misma cantidad inicialmente diagnosticada. De ellos, 30 mil fueron cubiertos por la secretaría y 12.000 por las alcaldías. Pero 100 días después, la capital sigue plagada de baches.Los trabajos sí se han visto en vialidades principales como Paseo de la Reforma: apenas hace unos días pude ver yo mismo los camiones, trabajadores y materiales cubriendo las oquedades por la noche, a la altura de la Lagunilla.
Pero al cruce con Insurgentes la historia es otra. Siendo uno de los puntos más transitados de la capital mexicana y uno de los puntos turísticos más importantes, el carril lateral de Reforma es una desgracia: varios baches, múltiples coladeras hundidas en el pavimento, grietas de varios metros de largo, parches de asfalto para cubrir lo que fue un bache, piedras y grava regadas por todo el camino. Así estaba al menos hasta este sábado 25 de enero.
Por no mencionar la glorieta del monumento a Cuauhtémoc, ubicada en el cruce exacto de esas dos avenidas, las más importantes de la Ciudad: Insurgentes y Reforma. El pavimento de esa rotonda, en dirección norte, está completamente quebrado y sumido. Quizá no sea considerado bache por no ser una oquedad, pero el daño es evidente. El concreto hidráulico colocado en el carril de Metrobús, para soportar el peso de los camiones de doble piso, no soportó.
Y a lo largo de Reforma centro se puede hallar algunos baches más, si bien de tamaño relativamente pequeño, están en carriles centrales de la avenida que, se supone, sería de las primeras en quedar libre de baches.
Algunos de los baches ya cubiertos se quebraron de nuevo con el peso de los vehículos, o se convirtieron en desniveles porque, en esos casos, el "bacheo" consistió en colocar una costra de chapopote encima del hueco, que no queda al mismo nivel del pavimento y que, eventualmente, acaba rota de nuevo.
Al principio de este programa, se dijo que las calles y colonias serían responsabilidad de las alcaldías (como siempre han sido), pero la jefa de Gobierno central aseguró que su programa cubriría todos los baches, de todo el territorio de la CDMX. No obstante, 100 días después las calles menores no han corrido con esa suerte: muchos cráteres ya bien conocidos por los conductores siguen ahí, causando daños a vehículos y personas; tanto los pasajeros de autos particulares cuya espina dorsal se azota en cada bache, como los usuarios de transporte público, que sufren lo mismo, pero de pie.
En fin, ayer se citaban en el Auditorio Nacional las "acciones puestas en marcha" en la era Brugada, se presumieron "el bachetón" y la licencia permanente, parecería que los problemas de esta ciudad se arreglan con chapopote y licencias para todos, valdría la pena salir a preguntar si no hay problemas más grandes por resolver desde el día uno o seguimos en la intrascendencia.