Columnas > ERNESTO SALAYANDIA GARCÍA
La antesala del Infierno II
La ansiedad es la gasolina de la adicción
Estos niños crecen con un nivel de ansiedad muy alto, generado por la relación toxica de sus padres, el machismo excesivo como el hembrismo explosivo de la madre, que es propiamente como el machismo, pero en la mujer, esta característica del hogar disfuncional se convierte en una prospera fábrica de adictos, niños propensos a caer en cualquier tipo adicciones, con el tiempo, el hogar es un campo de batalla de las emociones, se dan casos donde los hijos alcohólicos y adictos activos, no abandonan el techo protector de sus casas y aunque tengan 40, 50 0 60 años, estos drogadictos no trabajan ni aportan nada al hogar, mientras que los drogadictos jóvenes les da por robar a sus propios padres, robar a los vecinos y tiendas de autoservicio, son, muchos de estos niños, candidatos a sicarios, secuestradores, extorsionadores, el perfil, entre otras características, es que estas generaciones no tienen modales, ni respetan a nadie, muchos, son déspotas y groseros con las personas, carecen de humildad y de integridad. La ansiedad, es genética y se incrementa en el medio ambiente de los hogares neuróticos
Niños mal educados
Otra distinción de los jóvenes drogadictos, es que muchos de ellos fueron encargados a las nanas electrónicas, como las tables, computadoras, televisión, celulares y otros aparatos electrónicos, fue muy cómodo para las mamas, dejar a sus hijos frente al aparato televisor o de un celular, sin percatarse del enorme peligro que esto significa en la formación de la personalidad de las criaturas que pasan más de ocho horas al día, consumiendo un contenido, violento, neurótico y agresivo, recibiendo una pésima educación e influencia, que habrá de repercutir en la vida adulta, consumen también, programas televisivos de una pésima calidad de contenido donde se glorifica al narcotráfico, la violencia, las infidelidades, el machismo, adicciones y otras conductas toxicas que promueven las producciones televisivas, trasmitiendo, estas basuras en horarios donde los niños están frente a la televisión, crecen con conductas toxicas, muchos, son soberbios, altaneros, ventajosos y eso es precisamente lo que aprenden de los aparatos electrónicos y de sus propios padres, son los arboles torcidos que jamás se enderezan, el adicto, primero es toxico, irreverente e ingobernable, luego, dependiente de sustancias, por ello, la recuperación, es meramente imposible, cuando se carece de autoestima, valores, fe, dignidad, respeto y compromiso consigo mismo.
Desinformación total
En la mayoría de los casos, la familia vive ignorante respecto a los amargos estragos de la enfermedad, vive en la negación y por ende comete muchos errores, no busca ayuda, ni se capacita al respecto, no lee, ni se documenta sobre esta terrible enfermedad, el adicto es un ser narcisista que se adueña de la situación, después de tocar fondos y fondos, la familia determina anexarlo en un centro de rehabilitación a su adicto, la decisión es un fracaso debido al altísimo índice de recaídos que ofrecen los anexos, debido a que de cada diez internos, nueve recaen y los drogadictos se la pasan de proceso en proceso en lapsos de tres meses sin ningún resultado, la familia, mientras tanto, descansa de la neurosis que le provoca el tener un drogadicto en casa, los anexos, bajo este plan terapéutico no son una alternativa palpable de solución, el adicto sufre una sentencia de muerte a esta encadenado en un callejón sin salida y a convertirse propiamente en un don nadie, con severos daños mentales y físicos sin que encuentre un salvavidas, una institución que en verdad lo desintoxique, lo rehabilite y le de herramientas para la readaptación social, cabe el comentario, que emocionalmente la familia se enferma mucho más que el adicto. Gracias por leerme y más por escribirme ernestosalayandia@gmail.com 614 256 85 20.- Sigue la huella en diálogos al desnudo https://www.youtube.com/watch?v=CFtWizIYEwo&t=703s gracias por compartir